La cita pactada con el tiempo arribó al corazón de Paseo de la Reforma a un festejo en el que el diseño y las complicaciones de mecanismos fueron las aristas en las que se fincó un evento de lujo en México, el Salón Internacional Alta Relojería (SIAR). Ahí, 49 firmas integraron la 18ª edición, que estuvo abierta por tres días bajo invitación en el hotel St. Regis, para expertos y conocedores en materia de guardatiempos, reuniendo a la crema y nata de los coleccionistas de alta relojería. El anfitrión fue Carlos Alonso, director general del SIAR, quién inauguró la jornada a la que asistieron los atraídos por la innovación, el alto diseño, las complicaciones y la elegancia. En la sede se crearon espacios exclusivos, así como escenarios para piezas únicas con interesantes diseños. Un deambular de personalidades e influencers fue la constante. La fiesta de la relojería reunió a casi 3 mil asistentes y refrendó su éxito como un escaparate del lujo y del ámbito social en México.
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