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Siento como que vuelo. Estoy sentada en un cafecito en el barrio de Las Letras en Madrid. ¿Cómo es que llegué aquí? Eligiendo. Hace un par de semanas recibí un correo que contenía un video con una pregunta que me encantó: “¿Cuánto espacio podemos ocupar mi cuerpo y yo para no vernos afectados por los universos y realidades de otras personas?” Y fue mágico. ¿Cuántas veces basamos nuestra vida en lo que escuchamos que hacen y dicen los demás, cuando nosotros sabemos que puede existir algo distinto para nosotros?
Estuve haciendo esa pregunta varias veces al día y le escribí para agradecerle a Laleh Hancock, quien me había mandado ese video. Ella fue un gran regalo para mi porque fue con quien me estrené como traductora el año pasado. La verdad es que yo nunca imaginé que pudiera dedicarme a traducir. En aquel entonces fue un juego, ya que estaban solicitando traductores al español y nadie levantó la mano. Yo dije sí y se abrió un mundo maravilloso. Al final hice alrededor de 14 traducciones de distintas personas en todo el mundo para un evento gratuito por Facebook.
Lo curioso es que yo pensé que ahí podía haber acabado esto y hace un par de semanas cuando hablaba de todas las actividades que he hecho, lo volví a mencionar...
Platicando con ella supe que daría una clase en Alemania titulada “Líderes del Mañana”. Solamente con escuchar el nombre, mi cuerpo empezó a sentir una alegría enorme, así que le pregunté si quería que la tradujera al español y me dijo que no lo había considerado aún, pero le gustó la idea.
La magia siguió cuando me pregunté cuándo podría conocerla en persona, ya que según yo la traducción la haría en línea, como otras veces y justo me entero que visitaría la Ciudad de México ¡al día siguiente! Así que nos vimos uno de los dos días que ella estaría ahí. Su visita había sido una elección de último momento.
Más magia: estando con ella supe que esta clase era parte de un tour llamado “Aventuras en Alemania”, que incluía muchas más clases. De pronto supe que yo tenía que venir personalmente, no me iba a conformar con hacer la traducción desde mi casa. Así que dije “Voy” y otra vez me invadió una alegría inexplicable.
No sabía ni cómo le iba a hacer, lo que sí sabía era que yo tenía que estar personalmente aquí. Alemania no era un país que yo tuviera pensado visitar especialmente, pero no le di vueltas y me fui a dormir ese día con una sensación de que todo era posible.
Esa misma noche recibí un correo de una cliente solicitándome una campaña grande de mi trabajo en ventas, al día siguiente recibí un dinero con el que no contaba, otra amiga me invitó a dar unas clases durante 6 meses a un grupo muy cerca de mi casa y en un horario delicioso...
En fin... ¡si siguiera escribiendo todo lo que se fue hilando cada vez que elegía algo, terminarías de leer esto la próxima semana!
La cuestión es que finalmente, después de casi 20 horas de viaje, llegué al hotel en el que sería el evento. Habíamos personas de Rusia, de Alemania, de Bélgica, de Estados Unidos y de México. La clase fue en cuatro idiomas.
¡Qué regalo! Cuando escuchamos la palabra líder, muchas veces pensamos en alguien más, creemos que está fuera de nuestro alcance, que se trata de alguien que manda y tristemente tenemos puntos de referencia de personas que buscan su provecho personal y no el de otras personas.
Durante tres días estuvimos reconociendo que todos podemos ser líderes en todos los aspectos de nuestras vidas: en nuestras relaciones, en nuestro trabajo, con nuestra familia y sobre todo ser líderes de nuestra propia vida. Elegir lo que sabemos que va a contribuir más para nosotros y para el mundo. Cuando estamos usando esa energía de liderazgo en nuestras propias vidas, somos la invitación a que cada vez más personas reconozcan esa potencia en ellos mismos. Hacemos una demanda de seguir lo que es verdadero para nosotros en vez de conformarnos con lo que vemos a nuestro alrededor y tratamos de encogernos para encajar y no ser juzgados por hacer algo distinto.
Ser líder es tomar las riendas de tu vida y comprometerte contigo mismo a elegir lo que va a ser mejor, aunque a veces sea incómodo, aunque a veces parezca que no estás haciendo nada importante.
Laleh tiene un estilo de facilitar que realmente es ese espacio en el que te permite darte cuenta que siempre hay elección y que nada de lo que eliges está mal, todo crea algo, siempre y una vez que te das cuenta y sigues esa energía y tu saber, te vuelves co creador con el Universo, con el planeta y con todas las personas a tu alrededor.
Y te preguntas ¿qué hago en Madrid si la clase fue en Frankfurt? Pues seguí eligiendo... Mi vuelo hacía escala aquí y no tomé el avión. Me quedé. Era tan delicioso el imaginarme aquí, que escogí hacerlo. Durante 3 días voy a explorar la vida madrileña, pasear, detenerme a tomar un café, leer y seguir con mi trabajo desde acá.
Quiero expresar toda mi gratitud a Laleh y a las personas que participaron en este seminario y sobre todo a mi, por haber dejado los miedos, las dudas y todo aquello que surgió en el camino como distractores para que viviera esta experiencia.
“Ser líder es incluirte a ti en todas tus elecciones”. Laleh Hancock.