Después de una semana de retraso y entre todo tipo de especulaciones, por fin el 6 de mayo, la casa real inglesa anunció que Meghan Markle había iniciado el trabajo de parto en la madrugada... y pocas horas después, a las 5:26 de la mañana, tiempo de Londres, nació baby Sussex, como es conocido coloquialmente en los medios ingleses, pues al cierre de esta edición aún no se había revelado su nombre.
El hijo del príncipe Harry y Meghan Markle pesó 7.3 libras, equivalentes a 3.3 kilos. El duque de Sussex estuvo presente y también Doria Ragland, la abuela materna. Lo más importante de todo, la casa real declaró: “Su alteza real y el bebé están bien”.
“Mamá y bebé lo están haciendo muy bien. Ha sido la experiencia más maravillosa que yo podría haber imaginado”, dijo el príncipe Harry a la prensa en una improvisada conferencia en Windsor.
“Como todos los padres dicen: tu bebé es absolutamente increíble, pero esta pequeña cosa es absolutamente para morirse, así que estoy un poco en la luna”, agregó el hijo de Diana de Gales sobre su bebé, quien es el octavo bisnieto de la reina Isabel II, cuarto nieto del príncipe Carlos y el séptimo en la línea de sucesión. La casa real también mencionó la alegría de la corona: “La reina, el duque de Edimburgo,el príncipe de Gales, el duque de Cornwall, el duque y la duquesa de Cambridge, lady Jane Fellowes, lady Sarah McCorquodale y Earl Spencer han sido informados y están encantados con la noticia”, además, apegados a la tradición, un anuncio oficial fue colocado en Buckingham. Por su parte Thomas Markle, el papá de Meghan, de quien está distanciada, dijo a The Sun: “Estoy orgulloso de que mi nuevo nieto haya nacido en la familia real inglesa y estoy seguro de que crecerá para servir a la corona y a la gente de Bretaña con gracia, dignidad y honor”.
Se espera que baby Sussex sea nombrado conde de Dumbarton, ya que como hijo de un duque tiene derecho a usar uno de sus títulos menores, esto como una especie de cortesía. Además se cree que se apellidará Mountbatten-Windsor. Este nuevo royal no recibirá inmediatamente el tratamiento de “su alteza real”, ni será nombrado príncipe, eso depende de la reina, quien puede otorgarle ese título.
Un embarazo fuera de lo normal… para la corona
Desde que se anunció que Harry y Meghan esperaban a su primer hijo, los ojos del mundo han observado a detalle cada acción de la futura mamá, desde su lujoso guardarropa de embarazada hasta su forma de romper las reglas.
Con Meghan y Harry todo ha sido distinto a como lo dictan ias normas de la casa real. De entrada, el mundo supo de su embarazo de una forma nada protocolaria: supuestamente, en plena boda de Eugenia de York y Jack Brooksbank, en octubre de 2018, los duques de Sussex le habrían dicho a algunos de sus familiares, rumor que pronto eclipsó a la hija de Sarah Ferguson y que quedó confirmado tres días después, cuando la casa real publicó que los duques de Sussex estaban felices de anunciar la llegada de su bebé para la primavera de 2019.
Aunque las embarazadas reales tienen prohibido viajar, el anuncio oficial del embarazo coincidió con la llegada de Meghan y Harry a Australia, en donde dio inicio su gira por Oceanía, la cual los llevó a recorrer también Fiji, Tonga y Nueva Zelanda.
Expectativa vs realidad
Como toda madre royal, Meghan tenía que seguir estrictas normas, como no revelar el sexo de su futuro hijo, no hacer público el nombre del bebé antes de su nacimiento y también el prepararse para ser noticia desde la primera contracción, a pesar de que como baby Sussex es séptimo en la línea de sucesión y ella hizo todo para evitar que su parto sea la nota principal de los titulares ingleses.
Así que Meghan se ha mostrado más bien apática ante la idea de satisfacer a la audiencia o de convertir el nacimiento de su primer hijo en un hecho tan mediático, como fue el nacimiento del primogénito de los duques de Cambridge. Con eso en mente se rehusó a tener al bebé en el ala Lindo del St. Mary’s Hospital de Londres, en donde nacieron los hijos de Kate Middleton y también los de la princesa Diana, sobretodo, decidió no participar de la tradición de mostrar a su bebé en las escaleras posando perfecta y guapa, lo cual considera como “irreal” y “poco feminista”, pues no es congruente con el esfuerzo y dolor del trabajo de parto de una mamá primeriza... ¡y lo cumplió! No solo preparó todo para tener a su bebé en casa, aunque al parecer terminó en un exclusivo hospital londinense. Después del nacimiento de baby Sussex, Meghan se resguardó en su casa y Harry fue quien salió a saludar a los medios, anunciando que, tal vez, dos días después presentarían al bebé.
¿La dulce espera?
Según reportes de Town & Country, la nueva casa de los royals ha sido renovada bajo el gusto minimalista de Meghan, lo cual incluye el cuarto del bebé diseñado como un santuario, lejos de los tradicionales tonos rosa y azul, se cree que está decorado en una paleta monocromática que incluye grises y blancos, en pintura vegana, acorde al estilo eco consciente de la nueva mamá.
Se ha dicho que Harry ha aprovechado la renovación para incluir cámaras y bocinas para mantener la seguridad del bebé a tope. Además se ha reportado que la pareja eligió trabajar de la mano de Vicky Charles, jefe de diseño de Soho Farmhouse.
Las visitas
Mientras que Meghan decidió pasar las últimas semanas de su embarazo recluida en Frogmore Cottage, para la prensa no ha pasado desapercibido que han llegado todo tipo de visitas. De entrada, sumamá, Doria Ragland, quien se ha dicho que cuidará del pequeño bebé real, llegó a Londres el 21 de abril, y desde ese día las alertas por el posible nacimiento se encendieron.
Unos días después, los duques de Cambridge también visitaron el hogar de Harry y Meghan. La reina también fue a ver a la mamá primeriza, por lo que en los últimos días de abril y los primeros de mayo la expectativa fue en aumento.
Las tradiciones a seguir en el nacimiento de un Windsor
La corona británica está llena de costumbres y normas en cada aspecto de su vida, sin importar el sexo, edad o título, si eres un miembro de los royals seguro tendrás una larga lista con tareas que cumplir yes que de éstas ni las futuras mamás se salvan. Basta con echar un vistazo a la larga historia familiar para darse cuenta que los nacimientos también deben ser llevados a cabo de acuerdo al protocolo de la casa real.
¿En casa o en hospital?
Una de las tradiciones en los partos de la familia real británica era que las mujeres dieran a luz en casa, costumbre que fue seguida por muchas generaciones pues hay que recordar que así nació la reina Isabel II.
Con el fin de seguir la tradición familiar, la actual monarca también dio a luz a tres de sus hijos en el Palacio de Buckingham, tal fue el caso de Carlos, Andrés y Eduardo; mientras que Ana nació en Clarence House, actual casa del príncipe Carlos y Camila de Cornualles.
Sorpresivamente fue la princesa Ana quien rompió con esta tradición, pues ella optó por dar a luz a sus hijos Peter y Zara en el St. Mary's Hospital, en donde años más tarde la princesa Diana tendría al siguiente heredero de la corona, el príncipe William, así como a su hermano, el príncipe Harry, convirtiendo la foto en la escalera del ala Lindo en un momento esperado tanto por los medios internacionales como por el público inglés, para quienes el nacimiento de un nuevo royal es un realmente todo un acontecimiento.
Tal pareciera que esta nueva tradición fue seguida por la nuera de la fallecida lady Di, Kate Middleton, pues fue en este mismo hospital en donde dio a luz a sus tres hijos, George, Charlotte y Louis.
Sobre dónde nacería el bebé de los duques de Sussex se especuló mucho: ¿Seguirían con la costumbre de ir a St.Mary’s? ¿Meghan y Harry posarían en la entrada de ala Lindo con su bebé? ¿La actriz se impondría y usaría a sus médicos en lugar de los doctores de la corona? ¿Optarían por una partera? El misterio sigue, aunque según Daily Mail, baby Sussex habría nacido el hospital Portland, en Londres.
Meghan: Una Royal que ha roto protocolos
Cuando Meghan dijo “sí, acepto” al príncipe Harry en la Capilla de San Jorge, en Windsor,parece que lo hizo pensando “pero no todo”, sobre todo en lo referente a las estrictas reglas de la realeza, las cuales ha rechazado o modificado una y otra vez.
Desde el inicio de la relación de cuento de hadas entre Meghan y el nieto de la reina Isabel II, los medios ingleses dedicaron muchas páginas a analizar la vida de la actriz y cuestionar qué tan “adecuado” o “transgresor ” era que ella y el príncipe estuvieran juntos.
Al mirar el pasado de Meghan Markle, más de una ceja se levantó en sorpresa y duda. Esta mujer que de un día para otro tomó por asalto las portadas de los tabloides ingleses y de las revistas de realeza era una actriz, nacida en Estados Unidos, de origen interracial y, además, su curriculum vitae incluía un divorcio. El escándalo no se hizo esperar.
Desde el principio
Sin embargo, la entonces protagonista de Suits no se dejó intimidar por la legendaria rigidez del pueblo inglés y su relación con el hijo de lady Di se fortaleció al punto del matrimonio.
Siempre con el respaldo de Harry, Meghan logró sortear las críticas, no así seguir las reglas. Su bienvenida no oficial a la familia real fue justo un mes después del anuncio de su compromiso, cuando acompañó a Harry a pasar la Navidad, algo a lo que las prometidas no están invitadas, ni siquiera las más queridas, como Kate Middleton, han podido formar parte del cortejo dela reina en la tradicional misa de Sandringham antes de ser desposadas... bueno eso, antes de Meghan.
Desde el día de su boda, el 19 de mayo de 2018, el mundo entero pudo ver la influencia de la actriz en su esposo, ya que la ceremonia fue mucho más relajada que la de Kate Middleton y el príncipe William. La también emprendedora y activista por los derechos de la mujer, caminó al altar del brazo del príncipe Carlos, pues con su padre, Thomas Markle, ya no tenía la mejor relación, como consecuencia de que él admitió haber armado imágenes para los paparazzi; de hecho, la familia de la novia solo ocupó un lugar en la Capilla de San Jorge: ahí estuvo Doria Ragland, su mamá. ¿Otras muestras del toque de Meghan? El obispo afroamericano Michael Bruce Curry, de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, dio un discurso inspirado en Martin Luther King; un coro de gospel cantó Stand by me; no tuvo dama de honor; incluso, ella caminó unos pasos sola en la iglesia y también recibió su propio escudo de armas, el cual honra su origen californiano.
Living la vida royal
Ya como duquesa de Sussex, Meghan no solo ha seguido viviendo bajo sus propias reglas, también ha dado mucho de qué hablar. Por ejemplo: She is a hugger! A pesar de que el protocolo dicta que debería saludar de mano a la gente en los eventos, varias veces ha elegido abrazar a quienes la saludan... algo que Diana también hacía.
Pero no todas sus rebeliones han sido tan dulces como demostrar su cariño por los ciudadanos, basta recordar que, aunque a los miembros de la familia real se les pide que no hagan declaraciones políticas, la actriz no fue nada tímida cuando en el Royal Foundation Forum, de 2018, habló abiertamente del movimient o#MeToo, dejando claro que su activismo no se vería mermado por ser pareja de Harry.
También su forma de vestir ha sido todo un statement de rebeldía, no solo porque usa negro en cualquier circunstancia, elección de color que los royals tienen destinada para asistir a funerales y a la conmemoración de Remembrance Day, sino por lo costosos que han resultado sus outfits, lo cual no tiene nada feliz al pueblo inglés. Dior, Givenchy, Stella McCartney y Alexander McQueen son algunas de las marcas que ahora forman parte del día a día de la esposa de Harry y la prensa internacional no deja de calcular cuánto cuestan y de compararla con Kate Middleton, quien desde que se casó con el príncipe William ha sido emblema de prudencia, convirtiendo en algo habitual el repetir vestidos.
La relación entre las concuñas reales ha dado de qué hablar, incluso más allá de la moda, ya que la comparación entre los modos de Kate y Meghan también ha provocado que se diga mucho sobre cómo Meghan trata a su staff. Las crítica incluye el misterio sobre las renuncias de su guardaespaldas, su secretaria privada y su asistente personal, quienes dejaron sus cargos entre supuestas acusaciones de maltrato y exigencias irreales por parte de la nueva royal.
El altercado con Kate es algo que la prensa del corazón ha alimentado, basado en la suposición de que es por culpa de la influencia de Meghan que los príncipes William y Harry, antes inseparables, se han distanciado; incluso se dice que es por la estadounidense que los duques de Sussex se han mudado a Windsor; y también se le señala como administradora de @Sussexroyal, la cual se identifica como cuenta oficial de ella y su esposo, cuya apertura fue todo un suceso, pues los duques de Cambridge nunca han tratado de marcar esa diferencia.
¿Qué le espera al bebé de Meghan si sigue las tradiciones?
La niñez de un integrante de la casa Windsor está llena de reglas y normas que se han seguido por generaciones y que muy probablemente el primogénito de los duques de Sussex también deba seguirlas... ¿o no?
El hecho de pertenecer a la royal family no solo representa una vida llena de lujos, glamour, comodidades, riqueza y fama, pues todos estos placeres vienen acompañados de un sin fín de reglas,normas, deberes y obligaciones que los posibles herederos del trono deben deben seguir desde muy pequeños.
Desde hace algunas generaciones el hecho de ser un royal baby significaba tener un gran número de niñeras quienes se encargan casi al cien por ciento de la educación y cuidados del pequeño, tal como pasó en la niñez de la reina Isabel II y su hijo, el príncipe Carlos, quienes vivieron rodeados de institutrices lo que también dio pauta a que la relación con sus respectivos padres fuera un poco más rígida y desapegada. A diferencia de su abuela y su padre, la relación que los príncipes William y Harry tenían con su madre fue mucho más cercana pues, a pesar de que los jóvenes príncipes también pasaron por los brazos de algunas nanas (tal fue el caso de Olga Powell y Tiggy Legge-Bourke, por solo mencionar algunas), la princesa de Gales siempre fue amante de la idea de que sus hijos tuvieran una vida lo más normal posible. Fue por esta razón que constantemente se les veía en lugares públicos, sobre todo después de su separación del príncipe Carlos, en 1992.
Los colegios
Como ya mencionamos, el tema de la educación es fundamental en la casa real Windsor por lo que los colegios a los que asisten los pequeños royals siempre están en la lista de los mejores y con mayor prestigio de Inglaterra.
Por ejemplo, el príncipe Carlos asistió al internado Cheam School y después al internado escocés Gordonstoun School, ambos por elección de su padre, el príncipe Felipe, pues él estudió en ambas escuelas.
La formación de los hijos del príncipe Carlos y Diana de Gales fue distinta. La educación primaria la cursaron en la prestigiosa y exclusiva escuela Thomas's Battersea, en donde ambos llegaron acompañados por su madre en su primer día de clases, respectivamente. En lo que a la educación secundaria se refiere, los príncipes asistieron al tradicional Eton College, uno de los más exclusivos de Londres.
Siguiendo la tradición de la escuela primaria, los duques de Cambridge eligieron la escuela Thomas’s Battersea para que el príncipe George comenzara sus estudios en el mismo lugar que su papá y su tío Harry, mientras que para la pequeña Charlotte seleccionaron la guardería Willcocks Nursery School.
Niñez de protocolos reales
La lista de reglas que los pequeños royals deben de cumpliresmuylargay estricta, pero debe ser llevada al pie de la letra.
Saludo real: Este distinguido gesto que hasta en películas es señalado, debe ser aprendido a temprana edad. Las mujeres deben hacer una delicada reverencia, mientras que los hombres deben inclinar levemente la cabeza.
Participación en bodas: Como lo hemos visto en las últimas bodas reales, los más pequeños de la familia deben participar como pajes en los enlaces matrimoniales.
Comportamiento perfecto: Desde muy pequeños, el buen comportamiento de los príncipes y princesas debe ser un factor fundamental en todo momento pues están prohibidos los berrinches, sobre todo en público, así como su buen habla y dicción.
Sí a los regalos: Todo miembro de la familia real, sin importar su edad, está obligado a recibir todos los regalos que les sean hechos.
Aviones separados: Una de las tradiciones más antiguas de la corona inglesa, dicta que los herederos al trono deben viajar en aviones separados, por lo que al cumplir 12 años, el príncipe George no podrá viajar más con su padre, norma que también llegará a aplicar para baby Sussex y Harry.
Vestimenta impecable: Contrario a lo que muchos niños acostumbran, los pequeños príncipes y princesas no pueden llevar ningún estampado en su ropa que haga alusión a algún dibujo animado, además de que los niños siempre deben llevar pantalones cortos, una regla que el príncipe George rompió en la boda de los duques de Sussex, lo que causó un gran revuelo dentro de la comunidad real.
Ellos son los primos del baby Sussex
El nuevo integrante de la corona inglesa pertenece a una gran familia, como todo pequeño sus primeros amigos serán sus primos. Quienes seguramente serán sus compañeros de juegos son George, Charlotte y Louise, hijos de Kate y William; también están sus primos segundos: Savannah e Isla Phillips, hijas de Peter Phillips, quien es primo hermano de Harry; además de Mia Grace y Lena Elizabeth Tindall, que son hijas de Zara Phillips, hija de la princesa Ana.
¿Cómo fue la infancia de Harry?
El duque de Sussex, Harry Charles Albert David, vivió una infancia rodeada de polémica desde su nacimiento, cuando los rumores de las infidelidades de sus padres, Carlos y Diana, se agravaron. El segundo embarazo de la princesa de Gales fue anunciado el 14 de febrero de 1984, en un clima de paz y armonía que rodeaba a la familia real, después de varios meses en los que tuvo que lidiar con los rumores de que el príncipe Carlos mantenía una relación con Camilla Parker-Bowles.
A pesar de eso, el matrimonio de los príncipes de Gales poco a poco se fortaleció, hasta aquel sábado 15 de septiembre de 1984, cuando Diana y Carlos presentaron oficialmente a su segundo hijo, en la puerta del St. Mary’s Hospital, en que la actitud lejana del príncipe hacia su familia levantó sospechas de un nuevo distanciamiento, el cual, años más tarde, fue imposible de ocultar, así que Harry jamás vio a sus padres juntos como una pareja feliz.
A pesar de todo, el príncipe Harry tuvo una infancia “normal”, en lo que a la vida royal se refiere. Desde muy pequeño su comportamiento inquieto y “rebelde” comenzaba a asomarse ya fuera en actos públicos o en la intimidad de la familia real, tal era el caso que su misma mamá, lady Di, se refería a él como un “torbellino”.
A los cinco años Harry entró a Wetherby School, mismo colegio en el que estudiaba su hermano, el príncipe William, al que llegó en compañía de lady Di, quien trataba de estar en los momentos tan especiales como este.
El esquí fue uno de los deportes que estuvo presente en la vida del hoy duque de Sussex desde muy temprana edad, pues sus papás disfrutaban de esta actividad incluso, un mes antes de que se anunciara el segundo embarazo de Diana, se vio a los duques de Gales en Vaduz, Liechtenstein, esquiando, aparentemente, muy enamorados.
A pesar de los protocolos que tenían que cumplir como integrantes de la familia real, Diana procuraba que sus hijos tuvieran una vida lo más normal posible, por lo que en muchas ocasiones se le vio junto a ellos en restaurantes de comida rápida y parques, olvidándose por un corto tiempo de su abrumada vida como parte de la familia real.
Para los príncipes William y Harry existió otra figura materna, además de la princesa Diana, Tiggy Legge-Bourke, quien fue su niñera hasta 1999. Contratada por el príncipe Carlos, la nana nunca fue una persona grata para lady Di, ya que sospechaba que sostenía una relación con su esposo, además de que peleaba por el cariño de sus hijos a quienTiggy llamaba cariñosamente “mis bebés”, lo que a la princesa de Gales jamás le pareció.
Los príncipes siempre se mantuvieron cercanos a su niñera, pues fue ella quien estuvo a su lado en uno de los momentos más difíciles de sus vidas: la muerte de Diana, quien falleció en un accidente automovilístico en París, el 31 de agosto de 1997.
Así fue la infancia de Meghan Markle
Meghan Markle nació el 4 de agosto de 1981 en Los Ángeles, California. Es hija de Doria Loyce Ragland, una mujer afroamericana, que fue maquillista, psicoterapeuta, trabajadora social e instructora de yoga, y de Thomas Wayne Markle, de ascendencia holandesa e irlandesa, quien fue director de iluminación y luego se convirtió en director de fotografía. Hoy está retirado y vive en Rosarito.
Los abuelos del nuevo royal baby se conocieron en la grabación de una serie de televisión, y se casaron el 23 de diciembre de 1979 en Los Ángeles, California, aunque el matrimonio fue breve y terminó cuando Meghan tenía seis años. Sin embargo, esto no fue un obstáculo para que ella viviera una buena infancia, pues seguían saliendo de vacaciones como familia y su padre estaba pendiente de ella los fines de semana. Además, Doria y Thomas se preocuparon por la educación de Meghan y la inscribieron en escuelas privadas. La secundaria la cursó en Immaculate Heart High School & Middle School, un colegio católico para mujeres.
Meghan desde pequeña se interesó por los derechos de las mujeres, a los 11 años de edad descubrió su amor por el activismo, incluso le escribió a Hillary Clinton y a Procter and Gamble, estaba molesta porque un anuncio de detergente estaba dirigido solo a las mujeres, identificando el lavar los platos como una actividad de género. Fue tal su insistencia que la campaña cambió. Esta anécdota la contó durante su participación en una conferencia en la ONU con motivo del Día Internacional de la Mujer y aseguró que “había aportado un pequeño grano de arena para defender la igualdad”.
Meghan fue educada por sus padres para no sufrir discriminación racial, en entrevistas llegó a contar que una Navidad, como muchas niñas, había pedido de regalo una muñeca Barbie con su familia y cuando por fin la recibió, encontró que el papá era blanco, la mamá negra y tenía dos hermanos, cada uno de distinto color: era un regalo muy especial hecho por su padre, quien le dio dos hermanos: Samantha Grant Markle y Thomas Markle Jr.
Siendo aún una niña, Meghan visitaba a su papá en su trabajo, así que para ella era común entrar a los estudios de grabación, donde seguro descubrió su vocación artística. Ella en su blog The Tig, el cual ya está cerrado, contó que sus padres le enseñaron a compartir y ayudar a los demás, sobre todo a los más necesitados.