Después de pasar por una intervención cardiaca y sobreponerse al cáncer de próstata, el emperador emérito Akihito ha abdicado al trono a favor de su hijo Naruhito, quien en unas horas comenzará con la ceremonia que lo elevarán al puesto más alto del imperio japonés.
Naruhito tiene 59 años y está casado con Masako, una diplomática que dejó todo por seguir al amor de su vida aunque le haya costado su libertad e independencia.
Naruhito creció con la mejor educación posible para un príncipe heredero en los colegios de más prestigio de Tokyo y Oxford y con él se espera que la sociedad japonesa se abra más a la libertad de las mujeres. Kōtaishi Naruhito Shinnō, como es su nombre completo, nació el 23 de febrero de 1960.
Su formación educativa lo hizo ser el primer príncipe heredero japonés en salir de su país natal para perfeccionar sus conocimientos. Se matriculó en la licenciatura en historia en la Universidad de Gakushuin y, posteriormente, pasó 2 años en el Merton College, Oxford. Además, Naruhito escribió un libro, The Thames and I: A Memoir of Two Years en Oxford.
El nuevo emperador japonés es un gran estudioso del transporte marítimo, historiador e historia. Además, es un experto en temas ambientales, según This is Insider. Otro tema que también le interesa es la salud mental, él y su esposa Masako se han dedicado a apoyar y estudiar sus causas y soluciones; Masako ha vivido durante varios años con depresión y ansiedad.
Redacta el sitio de la revista Time que las aficiones del príncipe Naruhito incluyen escalar montañas, trotar, jugar al tenis, esquiar y tocar el violín.
Años después de sus estudios, el príncipe heredero conoció a la diplomática Masako Owada en 1986, y aunque le costó trabajo convencerla de pertenecer a la realeza, por fin pudo convertirla en su princesa y se casaron en 1993. Sin embargo, cuando Naruhito vio que a Masako le estaba causando mucho estrés la vida imperial con todo y sus exigencias, él se convirtió en su incondicional protector y amoroso esposo, quien no ha cedido en ayudarle contra sus problemas anímicos.
En el año 2001, Naruhito y Masako tuvieron a Aiko, y como una prueba de que el nuevo emperador será un parteaguas en la sociedad japonesa, es que él fue un papá que cuidó y alimentó a su hija, algo que los hombres japoneses no suelen hacer. Por ello, se cree que Naruhito será un ejemplo de equidad de género y modernidad en Japón.
"El gobierno lanzó una campaña en los medios de comunicación llamada "Proyecto Ikumen" que se traduce aproximadamente como "hombres que crían a sus hijos" para alentar a los padres a asumir tareas de cuidado infantil, y el Primer Ministro Shinzo Abe ha establecido un objetivo para aumentar el número de nuevos los padres que toman licencia de paternidad al 13% para 2020, de aproximadamente el 3% el año pasado", según Time.
Naruhito tendrá en sus manos el poder de continuar llevando a su país por el camino de la modernización en igualdad de derechos, en dar el ejemplo de ser un padre participativo en la educación de su hija y brindar una visión global en la política de su país.