Las obras hechas por el rey Carlos III durante su juventud lo llevaron a ser considerado uno de los artistas vivos más vendidos de Reino Unido. El gusto de Carlos por la pintura nació en la década de 1970, cuando se vio inspirado por Robert Walled, quien era su profesor de arte en la Escuela Gordonstoun en Escocia. La primer exhibición de arte del entonces Príncipe de Gales tuvo lugar en el castillo de Windosr en 1977; sus obras a base de acuarelas estuvieron acompañadas por pinturas de la reina Victoria (acuarelista) y el duque de Edimburgo (pintor y diseñor).
De acuerdo con "The Daily Telegraph", el ahora monarca ganó un estimado de 2 millones de euros con las ventas de copias de sus acuarelas durante más de 10 años, lo que lo convirtió en el artista vivo más vendido del país en 2016. Sus primeras pinturas muestran casas familiares de la realeza, por ejemplo: en 1987 pintó el castillo de Mey, ubicado en la costa norte de Escocia. La residencia real solía ser el hogar de la reina madre Isabel. Según "The telegraph", Carlos III fue enseñado por grandes artistas de Gran Bretaña como John Napper, John Ward, Hugh Casson, Edward Seago y Derek Hill.
Desde la primer presentación de las obras del monarca, el entonces príncipe Carlos siguió llevando sus pinturas a distintas exhibiciones y eventos de caridad. De hecho, gran parte de las ganancias de sus obras son donadas a 'The Prince of Wales's Charitable Fund' (El Fondo Benéfico del Príncipe de Gales), fundación que apoya causas benéficas y fue creada en 1979. Su trabajo ha sido presentado en el 'Royal Collection Trust' y con motivo de su cumpleaños número 70, se llevó acabo una presentación de sus obras en el palacio de Buckimgham, residencia oficial del monarca británico.
En 2018, el soberano presentó sus acuarelas en la recepción benéfica por el 'Día Internacional de la Enfermería y las Enfermeras', donde también elogió el trabajo no reconocido de las enfemeras y aprovechó para reconocer la labor que parte de ellas realizaron durante el 'Incendio de la torre Grenfell' ocurrido un año antes en Londres, en dicho incidente perdieron la vida 71 personas.
La residencia que solía ser considerada la favorita de la fallecida reina Isabel II, también es el lugar en el que Carlos ha pintado diferentes escenas en acuarelas. De acuerdo con "The Telegraph", al actual rey de Reino Unido, Carlos III, le gusta pintar en un estanque ubicado en Helmsdale, Escocia, sitio al que regresa con frecuencia y que vio nacer sus primeras obras durante su juventud. Pero el estanque no es su lugar favorito, se dice que al monarca le gusta pintar los espacios libres que resaltan las montañas, los arroyos y las áreas circundantes de la finca de Balmoral.
El castillo de Bamoral comenzó su historia monárquica en 1852 con la reina Victoria y el rey Alberto; recientemente, fue considerado como el lugar predilecto de la reina Isabel II, ya que ahí pasó gran parte de su vida, incluidas sus vacaciones de verano. En el documental 'Nuestra reina a los noventa', su nieta, la princesa Eugenia dijo: "Creo que Granny es la más feliz allí. Creo que realmente ama las Tierras Altas".
Acompañado de su entonces esposa, la princesa Diana de Gales, el expríncipe Carlos viajó en 1989 a Hong Kong para la inauguración del Centro Cultural ubicado al sur de China. Durante su visita, el expríncipe aprovechó para crerar la acuarela 'Double Haven Bay en Hong Kong'. Tres años antes, sucedió lo mismo con un viaje a Tokio, Japón; de acuerdo con "Los Angeles Times", Carlos y Diana visitaron templos, jardines zen y participaron en una ceremonia del té. Otro lugar elegido por el soberano es Suiza. En la estación de esquí de Klosters, el actual esposo de la reina Camila, disfruta pintar las hermosas escenas de montañas; según "Daily Mail", es la estación de esquí favorita del rey.
En 1997, a Klosters le gustó el trabajo del ahora Rey por lo que usó una de sus pinturas en el pase anual de ese año. Pero esa no fue la única ocasión que las acuarelas del rey fueron utilizadas; pocos años antes la Royal Mail (empresa de servicio postal de Reino Unido), honró al monarca colocando una de de sus pintiras en sus sellos, la obra de la montaña 'Arkle en Sutherland, Escocia', fue la elegida.