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El rey Carlos III fue coronado con los altos honores de Escocia, este miércoles, en una ceremonia única e histórica. Acompañado de su esposa, la reina Camila del Reino Unido, ambos vistieron los elegantes uniformes que pertenecen a la Orden del Cardo, que es el mayor honor real de Escocia.
A Carlos III le entregaron las milenarias reliquias reales escocesas -la corona, cetro y la espada- para culminar con el proceso de su coronación como monarca británico.
El lugar de la coronación fue la catedral de St. Giles, ubicada en el corazón de Edimburgo, la misma que despidió a la difunta Isabel II de Inglaterra el año pasado.
Con el príncipe William presente y su esposa, Catalina de Gales, los grandes ausentes del evento fueron los pequeños príncipes George, Charlotte y Louis, quienes nunca faltan a los eventos de esta envergadura.
William y Kate estuvieron sin sus hijos, el príncipe George, de 9 años; la princesa Charlotte, de 8 años, y el príncipe Louis, de 5, debido a sus clases escolares, ya que las vacaciones de verano inician apenas el próximo sábado.
Quizá a quien más se extrañó fue al travieso principito Louis, quien en cada uno de los eventos importantes de la familia real se ha robado la atención por sus rabietas y caras chistosas.
En cambio, la princesa Charlotte se ha ganado el lugar de ser la que lidera a sus hermanos, pues se ha visto dando indicaciones a su hermano mayor, George, y controlando al pequeño Louis.
La Piedra del Destino, emblema del reino escocés, volvió a presidir la ceremonia especial, donde estuvieron presentes los príncipes de Gales, William y Catalina, conocidos como duques de Rothesay en Escocia.