Ayer el mundo recibió la noticia sobre la muerte de la reina Isabel II a los 96 años y con ella, cientos de cuestionamientos comenzaron a surgir, entre ellos, el destino de sus tres mascotas, dos corgis y un dorgi.
De acuerdo con un árbol genealógico creado por la "BBC", durante sus 70 años de reinado, la monarca británica, quien falleció rodeada de su familia en el castillo de Balmoral, Escocia, tuvo más de 30 perritos.
Curiosamente, la mayoría de ellos fueron descendientes de Susan, la perrita que le regalaron por su cumpleaños número 18. En el esquema presentando por la cadena televisiva se puede observar junto a algunos nombres un icono de perro en color morado, lo que indica que se trató de un 'dorgi', raza de perro creada por la reina Isabel II al cruzar un perro salchicha con un corgi.
(Árbol genealógico creado por la BBC sobre las mascotas de la reina Isabel II)
De hecho, el último de sus dorgis falleció en diciembre de 2020 y trascendió que la soberana dejó de criar perritos porque no quería dejar a ninguno en etapa joven, por lo que ahora solamente sobreviven dos corgis, Candy y Muick, un dorgi llamado Sandy y Lissy, un cocker spaniel.
Algunas horas después de su muerte, en redes sociales se comenzó a hacer tendencia el cuestionamiento, ¿qué va a suceder con los corgis de la Reina?.
Incluso se comenzó a correr un rumor sobre que estos tendrían que ser incinerados junto a ella por tradición real, idea que es totalmente falsa.
De acuerdo con Penny Junor, autora del libro "Todos los corgis de la Reina", es probable que sus cuatro mascotas queden al cuidado de su hijo, Andrés de York, con el personal de la casa real o con su modista, Angela Kelly, quien es su mano derecha desde 2002.
(La reina Isabel con Candy, uno de sus dos corgis / AFP)