En el marco de la Cumbre del G7, que se lleva a cabo en Cornwall, Inglaterra, el domingo próximo, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y su esposa, Jill, se encontrarán en el castillo de Windsor con la reina Isabel II de Inglaterra, en el que es su primer viaje al extranjero desde que iniciaran su mandato.
Durante su reinado, Isabel II se ha encontrado con todos los presidentes de EU, excepto Lyndon B. Johnson, pues cuando pudo darse la oportunidad, la reina estaba embarazada de su hijo menor, el príncipe Eduardo. El que la reina se encuentre con los mandatarios del vecino país se ha convertido en una tradición en ambas naciones, Biden será el 13avo. presidente en hacerlo.
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Sin embargo, a lo largo de todos estos años y de todos estos presidentes, no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues no siempre las cosas han salido perfectas de acuerdo al protocolo real, y en otras ocasiones, han sido las antipatías personales las que han provocado alguna situación incómoda. La conocida informalidad en el trato de los estadounidenses y la rigidez de la corte inglesa, no parecen hacer una gran combinación.
Aquí, un recuento de los momentos más embarazosos entre los presidentes estadounidenses (y sus esposas) y la reina Isabel II de Inglaterra.
(Foto: AP)
John F. y Jacqueline Kennedy
Cuando el popular presidente John F. Kennedy y su --si cabe-- aún más popular esposa, Jacqueline, visitaron el palacio de Buckingham, en 1961, se desarrolló algo de tensión entre la primera dama y la reina Isabel.
De acuerdo con algunos reportes, la reina se sentía celosa de la enorme atención mundial que recibía Jackie Kennedy, pero el drama entre ellas explotó cuando la primera dama quiso incluir en la lista de invitados a su dos veces divorciado cuñado, un príncipe polaco y a su hermana, Lee, a una cena de Estado. La reina inicialmente objetó su presencia y la primera dama objetó la objeción, una tensa negociación diplomática resultó a favor de Jackie, de acuerdo con el "Washington Post".
Pero la reina obtuvo su venganza, no invitó a la cena ni a la princesa Margarita ni a su tía, la princesa Marina, porque sabía que Jackie quería fotografiarse con ellas. "El resentimiento de la reina era real", escribió Kitty Kelly en su libro "The Royals".
Una versión de esta tensa visita puede verse en la segunda temporada de la serie de Netflix, "The Crown", sobre el reinado de Isabel II.
Jimmy Carter
Cuando el presidente Jimmy Carter visitó Inglaterra en 1977, cometió una enorme falta al protocolo real, al saudar a la Reina Madre, accidentalmente la besó en los labios. "Di un decidido paso hacia atrás" dijo la Reina Madre después del incidente, de acuerdo con la BBC "pero no lo suficientemente atrás".
(Foto: AP)
Barack y Michelle Obama
Michelle Obama causó un "pequeño escándalo" cuando rodeó con su brazo a la reina Isabel durante la primera visita con su esposo, Barack Obama, al palacio de Buckingham, en 2009. En sus memorias "Becoming", Michelle Obama explica este episodio narrando que, cuando conoció a la reina, ambas coincidieron en la incomodidad de llevar zapatos de tacón. "Olvídense de que ella ocasionalmente porta una corona de brillantes sobre su cabeza y de que yo había volado a Londres en un avión presidencial, éramos dos señoras cansadas, oprimidas por nuestros zapatos" escribió, "entonces, hice lo que hago instintivamente siempre que me siento conectada con otra persona, es decir, expreso mis sentimientos con un gesto y afectuosamente coloqué mi brazo sobre sus hombros". No cayó en cuenta sino hasta después que había cometido "un faux pas épico", pues nadie puede tocar a la reina.
"No hice lo más propio en Buckingham, pero sí lo más humano. Y me atrevo a decir que la reina lo aprobó, porque cuando la abracé, se acercó y colocó su mano suavemente en mi espalda", añadió.
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(Foto: AP)
Donald y Melania Trump
Por supuesto, Donald Trump, durante su visita al castillo de Windsor en 2018, rompió el protocolo no una, sino un par veces. El hacer una caravana al conocer a la reina no es obligatorio, pero, de acuerdo con el website oficial de la familia real "muchas personas desean observar las formas tradicionales". Trump decidió saltarse la tradición y saludó a la reina con un apretón de manos. También caminó enfrente de ella y no solo eso, sino que le obstaculizó el paso, lo cual, según "The New York Times" es una falta severa al protocolo real.
Sin embargo, la reina parece haberse vengado sutilmente de las groserías de Trump a través de la elección de algunas de sus joyas durante la visita. En el primer día, la reina utilizó un broche que le regalaron Barack y Michelle Obama. En otro de los días de la visita, el broche que lució fue el que usó su madre en el funeral de su padre y, por último, en la cena de gala en honor de los Trump, la reina usó la Tiara Birmana de Rubíes. La tiara tiene 96 rubíes y fue regalada a la reina por el pueblo de Burma o Myanmar.
Se supone que la tiara aleja a "la enfermedad y a los malos espíritus", y según varios tuiteros, la reina la usó a propósito en la cena con los Trump.
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