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Meghan Markle y el príncipe Harry se casaron el 19 de mayo de 2018 en la Capilla de San Jorge, en Windsor. Tras esta unión, la actriz estadounidense obtuvo el título de duquesa de Sussex y el tratamiento de Su Alteza Real, el cual, perdió tras renunciar a rol senior en la monarquía para ser financieramente independiente.
A tres años de este enlace ha salido a la luz que la entonces reina Isabel II no fue precisamente la más feliz durante los días previos a la boda.
(El príncipe Harry y Meghan Markle saludan desde el carruaje Ascot Landau en las afueras del castillo de Windsor / AFP)
A Isabel II le pareció "muy difícil" asimilar todo lo que ocurrió antes y durante el enlace de su nieto con Meghan. De acuerdo con el revelador libro "The New Royals: Queen Elizabeth's Legacy and the Future of the Crown", de Katie Nicholl, el príncipe Harry le gritó a un ayudante de la Reina "lo que Meghan quiere, Meghan lo consigue", actitud que le molestó mucho a la monarca.
"Estaba muy molesta por cómo se había comportado Harry, algunas de sus demandas y la forma en que hizo las cosas a su manera", habría comentado la prima de Isabel II, Lady Elizabeth Anson, quien falleció en el 2020.
"Por ejemplo", sigue la revelación, "le pidió al arzobispo de Canterbury que los casara antes de consultar a la Reina y al decano de Windsor, lo cual no era la forma correcta de hacer las cosas. Creo que estaba consternada por su actitud en general y recuerdo que ella habló con él, estaba bastante molesta por lo bestial que estaba siendo Harry. Su relación quedó bastante dañada por todo eso".