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Hace más de un año, el periódico británico “The Times” publicó en exclusiva que un grupo de ayudantes reales denunciaron intimidación por parte de Meghan Markle durante el tiempo que ella y su esposo el príncipe Harry vivieron en el palacio de Kensington, poco después de llegar al altar.
Según la información que se publicó el 2 de marzo de 2021, la denuncia fue hecha por Jason Knauf en octubre de 2018, quien en ese momento se desempeñaba como su secretario de comunicación.
“Expulsó a dos asistentes personales de la casa y estaba socavando la confianza de un tercer miembro del personal […] Ella está intimidando y buscando socavar su confianza. Hemos recibido informe tras informe de personas que han sido testigos de un comportamiento inaceptable”, fue parte de lo que Jason denunció en un correo electrónico que le mandó a Simon Case, secretario privado del príncipe William, hermano mayor de Harry y, quien lo remitió con Samantha Carruthers, jefa de recursos humanos de Clarence House, es decir, la propiedad a cargo del príncipe Carlos.
(Príncipe Harry y Meghan Markle / EFE)
Ante la revelación, el palacio de Buckingham rápidamente salió a expresar su preocupación por los señalamientos y aclaró que realizaría una investigación con los empleados afectados ya que desde hace muchos años implementó una política de Dignidad en el Trabajo y no toleraría el bullying o acoso.
(Meghan Markle / AP)
Ahora, a casi 16 meses aquella advertencia, el periódico "The Sunday Times" aseguró que el asunto de la investigación prácticamente se ha archivado por parte del palacio de Buckingham para no avivar las tensiones entre ellos y los duques de Sussex, por lo que es muy probable que los hallazgos realizados por el despacho de abogados externo que contrató la Casa Real no se den a conocer.
Cabe aclarar que en aquel momento, Meghan Markle negó las acusaciones en su contra a través de un portavoz y se dijo entristecida por el nuevo ataque a su persona en particular como alguien que fue objeto de acoso.
Además, los expertos reales coincidieron en que la revelación de dichas denuncias no fueron coincidencia, más bien, fue una respuesta previa del palacio a la entrevista que los duques de Sussex otorgaron cinco días después a la presentadora Oprah Winfrey y, de la que ahora se sabe, cayó como una bomba para la familia real.