Más Información
Meghan Markle y Enrique de Sussex cambiaron su vida en los últimos meses tras renunciar a sus títulos reales como miembros activos de la familia real, y mientras el nieto de la reina Isabel ll y su esposa viven en California con el pequeño Archie, aún conservan su mansión en Frogmore Cottage, de la cual, para liquidar su deuda, deberán pagar sin descanso durante 10 años.
La reforma de la propiedad que fue un regalo de bodas para la pareja de parte de la reina Isabel II, tenía un presupuesto de 2,4 millones de libras, que los Sussex superaron al escoger la decoración y remodelarla.
De acuerdo al The Mail on Sunday, los papás de Archie pagarán casi 22 mil dólares mensuales para mantener la residencia como su base de operaciones en Reino Unido, por otro lado se les permitirá ir pagando poco a poco el coste de la mencionada reforma y se calcula que tardarán casi once años en conseguirlo. Leer también: Adele, consejera de Meghan Markle y Harry en su vida en Los Ángeles
"Se ha acordado en silencio que la pareja comience a pagar el alquiler de la propiedad, a partir del mes pasado", mencionó el medio.
Cabe mencionar, que Frogmore Cottage estaba costeado con dinero de los contribuyentes mediante la asignación a la monarca, uno de los temas más debatidos en torno a la decisión de la pareja de separarse de la familia real y conseguir independencia financiera.
Incluso, muchos estaban interesados en que la suma se devolviera, ya que la pareja no cumpliría más con su papel como royal, a pesar de los reportes iniciales que aseguraban que los Sussex pretendían seguir viviendo allí sin pagar alquiler, sin embargo, después de las negociaciones con la reina, el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo, la decisión que tomaron fue que los Sussex debían pagar por la reforma, mencionó Vanity Fair.