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Desde el inicio de su la relación de cuento de hadas entre Meghan Markle y el nieto de la reina Isabel II, los medios ingleses dedicaron muchas páginas a analizar la vida de la actriz y cuestionar qué tan "adecuado" o "transgresor" era que ella y el príncipe Harry estuvieran juntos.
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Al mirar el pasado de Meghan Markle, más de una ceja se levantó en sorpresa y duda. Esta hermosa mujer que de un día para otro tomó por asalto las portadas de los tabloides ingleses era una actriz, nacida en Estados Unidos, de origen interracial y, además, su curriculum vitae incluía un divorcio. El escándalo no se hizo esperar.
Desde el principio
Sin embargo, la entonces protagonista de la serie Suits no se dejó intimidar por la legendaria rigidez del pueblo inglés y su relación con el hijo de Lady Di se fortaleció al punto del matrimonio.
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Siempre con el respaldo de Harry, Meghan logró sortear las críticas, no así seguir las reglas. Su bienvenida no oficial a la familia real fue justo un mes después del anuncio de su compromiso, cuando acompañó a Harry a pasar la Navidad, algo a lo que las prometidas no están invitadas, ni siquiera las más queridas, como Kate Middleton, han podido formar parte del cortejo de la reina en la tradicional misa de Sandringham antes de ser desposadas... bueno eso, antes de Meghan.
Desde el día de su boda, el 19 de Mayo de 2018, el mundo pudo ver la influencia de la actriz en su esposo, ya que la ceremonia fue mucho más relajada que la de Kate Middleton y el príncipe William. La también emprendedora y activista por los derechos de la mujer, caminó al altar del brazo del príncipe Carlos, pues con su padre, Thomas Markle, ya no tenía la mejor relación, consecuencia de que él admitió haber armado imágenes para los paparazzi; de hecho, la familia de la novia solo ocupó un lugar en la Capilla de San Jorge: ahí estuvo Doria Ragland, su mamá.
¿Otras muestras del toque de Meghan? El obispo afroamericano Michael Bruce Curry, de la Iglesia Episcopal de Estados Unidos, dio un discurso inspirado en Martin Luther King; un coro de gospel cantó Stand by me; no tuvo dama de honor; incluso, ella caminó unos pasos sola en la iglesia y también recibió su propio escudo de armas, el cual honra su origen californiano.
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Living la vida royal
Ya como duquesa de Sussex, Meghan no solo ha seguido viviendo bajo sus propias reglas, también ha dado mucho de qué hablar. Por ejemplo: She is a hugger! A pesar de que el protocolo dicta que debería saludar de mano a la gente en los eventos, varias veces a elegido abrazar a quienes la saludan... algo que Diana también hacía.
Pero no todas sus rebeliones han sido tan dulces como demostrar su cariño por los ciudadanos, basta recordar que, aunque a los miembros de la familia real se les pide que no hagan declaraciones políticas, la actriz no fue nada tímida cuando en el Royal Foundation Forum de 2018, habló abiertamente del movimiento #MeToo, dejando claro que su activismo no se vería mermado por ser pareja de Harry.
También su forma de vestir ha sido todo un statement de rebeldía, no solo porque usa negro en cualquier circunstancia, elección de color que los royals tienen destinada para asistir a funerales y a la conmemoración de Remembrance Day, sino por lo costosos que han resultado sus outfits, lo cual no tiene nada feliz al pueblo inglés. Dior, Givenchy, Stella McCartney y Alexander Mcqueen son algunas de las marcas que ahora forman parte del día día de la esposa de Harry y la prensa internacional no deja de calcular cuánto cuestan sus diseños y de compararla con Kate Middleton, quien desde que se casó con el príncipe William ha sido emblema de prudencia en ese sentido, convirtiendo en algo habitual su gusto por repetir vestidos.
La relación entre las concuñas reales ha dado de qué hablar, incluso más allá de la moda, ya que la comparación entre los modos de Kate y Meghan también ha provocado que se diga mucho sobre cómo Markle trata a su staff. Las crítica incluye el misterio sobre las renuncias de su guardasespaldas, su secretaria privada y su asistente personal, quienes dejaron sus cargos entre supuestas acusaciones de maltrato y exigencias irreales por parte de la nueva royal.
El altercado con Kate es algo que la prensa del corazón ha alimentado, basado en la suposición de que es por culpa de la influencia de Meghan que los príncipes William y Harry, antes inseparables, se han distanciado al punto de que casi no quieren verse y hasta han pedido trabajar con personal distinto; incluso se dice que es por Markle que los duques de Sussex se han mudado a Frogmore Cottage y podrían llegar a mudarse a África; y también se le señala como administradora de la cuenta de Instagram @Sussexroyal, la cual se identifica como cuenta oficial de ella y su esposo, cuya apertura fue todo un suceso, pues los Duques de Cambridge nunca han tratado de marcar esa diferencia.