Meghan Markle confesó a Oprah Winfrey que su paso por la familia real la estresó tanto que tuvo pensamientos suicidas con frecuencia y que altos funcionarios de la "institución" se acercaron a ella para ofrecerle ayuda. "Ese fue un pensamiento muy claro, real y aterrador. No podía quedarme sola" aseguró la esposa del príncipe Harry.
En otras de sus declaraciones dijo que ella entró a la familia real con mucha ingenuidad, pues no sabía lo que sería ser parte de la realeza.
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En otra de sus revelaciones, Meghan de Sussex comentó que, una vez adentro de la familia de la reina Isabel II, le fueron retiradas sus tarjetas de crédito, licencia y pasaporte y que esos documentos fueron guardados. Cuando Meghan sintió que ya no podía más, se acercó a quien era considerada una de las mejores amigas de Diana de Gales, pero que eso no fue de gran ayuda para su depresión y ansiedad.
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"Estaba avergonzada de tener que decirlo en ese momento y avergonzada de tener que admitírselo a Harry, especialmente, pero sabía que si no lo decía, lo haría. Simplemente ya no quería estar viva", confesó la también actriz. "Se necesita mucho coraje para admitir que necesitas ayuda.
Meghan señaló que cuando sintió que necesitaba ayuda médica, como ir a un hospital, altos funcionarios del Palacio le dijeron que eso no era posible.
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