(AFP)
Todo parece indicar que el conflicto entre la familia real británica y los duques de Sussex, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle, no solamente continuará, sino que cada vez se está haciendo más complejo por la incursión de otro actores al ruedo de batalla que por el momento ha quedado en el terreno de las declaraciones, pero que hace unos días dio un paso hacia adelante por parte de la reina Isabel II al ordenar a los funcionarios del palacio de Buckingham realizar una investigación acerca de las acusaciones que varios empleados del palacio de Kensington realizaron a través del periódico The Times, en las que señalaban que mientras Markle vivió en dicho espacio luego de casarse con el hijo de la fallecida princesa Diana y el príncipe Carlos de Gales en 2018, maltrató e intimidó a varios integrantes del personal que tenía asignado.
Ahora, la duques de Sussex eleva la pelea y exige ver todos los documentos, correos electrónicos y mensajes de texto en los que supuestamente ella intimidó al personal y que es el centro de la investigación iniciada hace unos días, no obstante, no se quedó ahí, ya que contrató a un grupo de abogados para demostrar que en realidad esas declaraciones solo fueron para dañar su imagen como parte de una campaña de difamación calculada basada en información engañosa y dañina. Ante esta exigencia, el palacio de Buckingham rectificó y aseguró que está considerando contratar a un bufete de abogados independiente para investigar las acusaciones de los trabajadores, pero que en realidad no es una investigación, sino un examen de las acusaciones para que todos los involucrados participen.
“Nuestro compromiso de investigar las circunstancias en torno a las acusaciones de exmiembros del personal del duque y la duquesa de Sussex está avanzando, pero no proporcionaremos un comentario público al respecto”, expresó un portavoz del Palacio a la revista People.
Según la información publicada por el The Times, la denuncia se hizo en octubre de 2018 por parte del exsecretario de comunicaciones de los duques, Jason Knauf, quien afirmó que Meghan Markle dañó la confianza de tres asistentes. Ante esto, la duques a través de un portavoz, aseguró que el periódico estaba siendo utilizado por el palacio de Buckingham para vender una narrativa falsa antes de la transmisión de la entrevista que ella y su esposo le dieron a la famosa presentadora Oprah Winfrey. Leer también: Meghan Markle se defiende: no intimidó al personal del palacio de Kensington
Por su parte el Palacio expresó en un comunicado, "Claramente estamos muy preocupados por las acusaciones en The Times luego de las afirmaciones hechas por ex miembros del personal de The Duke and Duchess of Sussex. En consecuencia, nuestro equipo de recursos humanos estudiará las circunstancias descritas en el artículo. Se invitará a los miembros del personal involucrados en ese momento, incluidos aquellos que han dejado el hogar, a participar para ver si se pueden aprender lecciones. La Casa Real ha tenido una política de Dignidad en el Trabajo durante varios años y no tolera ni tolerará la intimidación o el acoso en el lugar de trabajo". Leer también: Harry y Meghan: populares en Estados Unidos, pero en Inglaterra, no