El gran momento de Meghan Markle llegó este viernes, cuando se celebró en el Reino Unido la misa de acción de gracias por los 70 años de reinado de Isabel II, en la catedral de San Pablo. La actriz estadounidense llegó de la mano de su esposo, el príncipe Harry, sonriente y, al parecer, de buen ánimo.
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Para evitar un momento tenso con el príncipe William y Kate Middleton, los Sussex llegaron minutos después y fueron recibidos por el alcalde de Londres. En el interior del recinto religioso, Meghan y Harry saludaron a la princesa Beatriz y a su esposo, Edoardo Mapelli, y a la princesa Eugenia y a su esposo, Jack Brooksbank.
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Para este día que representa su regreso al Reino Unido con toda la familia real, tras hacer explosivas declaraciones contra ellos, a quienes acusó de racistas, Meghan Markle complementó su look Dior con unos stilettos del mismo color que su abrigo, un gran sombrero de Stephen Jones y aretes de Birks.
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(Peter Phillips, Meghan Markle, príncipe Harry, Zara Tindall y Mike Tindall posan después de la misa / AP)
Según la prensa inglesa, los organizadores que trabajan para el palacio de Buckigham evitaron a toda costa que se repitiera la penosa escena de los cuatro sentados juntos y visiblemente incómodos. Los Cambridge y los Sussex ocuparon distintos lugares y muy alejados.
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Esta gran reunión familiar llega después de la ruptura entre los duques de Cambridge, los duques de Sussex y el resto de la familia real, poco tiempo después de que Meghan Markle se casara con el príncipe Harry en 2018.