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Los reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, están envueltos en un nuevo escándalo esta semana tras descubrirse que utilizaron nombres falsos para construir su casa de verano en un área natural protegida. Aunque las criticas a la familia real no son por su construcción, sino por los excesos del terreno que adquirieron en la isla de Yeu, en la costa oeste de Francia.
De acuerdo con el diario "Le Monde", los reyes adquirieron una casa de 200 metros cuadrados en el 2019, pero para su renovación en agosto del 2020 consiguieron un permiso para añadir una habitación que albergaría a su personal de seguridad.
(EFE)
Bajo el nombre de “el señor y la señora Philippe Legrand” los reyes no sólo compraron la casa, sino también lograron conseguir un permiso con el cual agregarían un anexo a su residencia en la isla. Sin embargo, esto es una violación a las leyes de la costa francesa ya que sólo permite que las construcciones en áreas naturales protegidas agreguen hasta 30 metros cuadrados y, en su caso, el anexo alcanza los 40 metros cuadrados.
Por supuesto, la molestia de los ciudadanos, quienes no reciben ese tipo de excepciones ha aumentado en los últimos días ya que se descubrió que los señores Legrand en realidad son los reyes de Bélgica. Incluso, la publicación del diario recoge el testimonio de Patrice Bernard, líder de la oposición del gobierno local, quien dijo que “parece que basta ser rey para trasgredir la ley y cimentar nuestro patrimonio natural con la complicidad de las autoridades”.
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Por otro lado, el alcalde señaló que la autorización fue impuesta por la prefectura de Vandea, aunque se justificaron señalando que forma parte de una de las excepciones para “equipamientos colectivos de interés general”. Luego del escandalo el Palacio Real confirmó la compra de la casa en la costa francesa, lugar en el que la familia real ha vacacionado durante el verano en los últimos 20 años.
Sin embargo, esta no es la primera vez que los monarcas recurren a esta técnica para no ser identificados y cambian sus títulos reales por el señor y la señora Legrand, según explicó "Vanity Fair".
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