Liz Truss, primera ministra del Reino Unido, leyó un fragmento del Evangelio de Juan durante el funeral de Estado de la reina Isabel II que se celebró en la Abadía de Westminster de Londres ante más de 2 mil invitados.
"Jesús le dijo: yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al Padre, sino a través de mí. Si me habéis conocido, habréis conocido también al Padre", declaró Truss frente a los jefes de Estado y mandatarios mundiales reunidos en el templo.
(Liz Truss / AP)
El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado de la Iglesia anglicana, ensalzó es un sermón la vocación de servicio que distinguió a Isabel II, fallecida a los 96 años tras siete décadas en el trono del Reino Unido. "El duelo de este día, sentido no solo por la familia de la Reina fallecida, sino por toda la nación, la Commonwealth y el mundo, proviene de su vida plena y de su amoroso servicio, que se nos han ido", dijo el religioso.
La secretaria general de la Mancomunidad de Naciones, Patricia Scotland, leyó también un fragmento de la Biblia durante la ceremonia. "Él debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo que debe destruir es la muerte, porque es necesario que lo corruptible se vista incorrupción y lo mortal se vista de inmortalidad", dijo la diplomática británica.