Para nadie es secreto que el exjugador de futbol Diego Armando Maradona era un enamorado empedernido, muchos son los recuerdos que se tienen de “El diez” y algunos de sus romances e, incluso, por acusaciones de acoso sexual. Luego de su muerte, se han recordado a sus exparejas, así como sus fracasos sentimentales, como es el caso de Salma Hayek, con quien solo compartió un par de bailes.
Sin embargo, su “amor” por las mujeres no sólo se quedó con las estrellas de Hollywood, sino que escaló hasta un principado.
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El astro argentino buscó romper fronteras cuando dijo estar enamorado de la princesa Carolina de Mónaco y como se señalaría con el paso del tiempo, el caso llegó a convertirse en una obsesión del jugador por querer estar con la princesa. Esta sucedió en la década de los ochentas, cuando el mejor futbolista del siglo debutó para las ligas europeas con el Barcelona, en agosto de 1982. Por lo que su residencia en esos años también fue en Barcelona, acompañado de su novia Claudia Villafañe, quien dos años más tarde se convertiría en su esposa.
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Ante la popularidad de Maradona, se sabe que mucho de lo que pedía se le daba, ya que Jorge Cyterszpiler, su representante, no dudaba en acceder a sus caprichos. Ante ello, y pese a mantener una relación con Claudia, no dudó en exigir un encuentro con la hermana del príncipe Alberto.
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De acuerdo con una entrevista que Emilio Pérez de Rozas dio para "El País" se declaró que Maradona estaba obsesionado con la idea de estar con la princesa y exigía un encuentro entre ambos: “Maradona llegó a proponerle, casi a exigirle, a Cyterszpiler que convenciera a Núñez para que el Barça aceptase jugar un partido amistoso en Mónaco y así poder entablar contacto con la princesa”, dijo un amigo cercano del cual nunca se reveló el nombre.
Pese a que la obsesión del jugador con la princesa jamás se concretó, ella sí mantuvo una relación en 1982 con el deportista argentino Guillermo Vilas. El amor se dio en abril de aquel año cuando el tenista ganó el trofeo del Torneo de Montecarlo, mismo que fue entregado por Grace Kelly, madre de la princesa. Esa misma noche conoció a Carolina y mantuvieron una relación por cinco meses.
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Sin embargo, para suerte de Maradona, un encuentro entre él y la princesa se concretaría años más tarde en una fiesta de la Cruz Roja en la discoteca “Jimmy’z” en Montecarlo, de acuerdo con Guillermo Coppola, exmánager del jugador para “El sensacional”. En este evento, el jugador no sólo conoció a Carolina, sino también a sus hermanos, la princesa Estefanía y el príncipe Alberto. De ese encuentro se sabe que el jugador pagó una elevada cantidad de dinero.