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Japón celebrará este martes la entronización de su nuevo emperador, Naruhito, con una serie de ceremonias ante mandatarios de todo el mundo y el recorrido público se pospuso para el 10 de noviembre debido al tifón que azotó recientemente al país.
En la ceremonia central habrá 2 mil 500 invitados de casi 200 países que serán testigos de la entronización, entre ellos estarán el príncipe Carlos de Inglaterra, los reyes de Holanda, Mike Pence, Justin Trudeau, Emmanuel Macron y Angela Merkel, Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea, y António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas.
Tras la despedida oficial y 10 horas de viaje, los reyes Felipe y Letizia ya se encuentran en Japón acompañados del ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrel. Te puede interesar: En Japón se abre la posibilidad de que las mujeres asciendan al trono
Quien también se espera que asista es la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien con la representación oficial del gobierno de México, y del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fortalezca la construcción de lazos de cooperación y desarrollo internacional con base en los principios constitucionales que guían la política exterior del país, escribió El Universal.
La ceremonia durará dos días y tendrá lugar el rito Sokuirei Siden no Gi en el que el emperador ascenderá al trono en el Salón de Estado del Palacio Imperial, junto a su esposa, la emperatriz Masako. Debido a este evento, la Casa Imperial ha generado críticas por el coste de la entronización, que de acuerdo a la agencia EFE, el histórico momento de la monarquía nipona costará alrededor de 8,2 millones de euros.
Algunos críticos señalan que las ceremonias son ritos religiosos, y si el Gobierno se hace cargo de ellas, se violaría la separación entre Estado y religión que recoge la constitución, es por eso que el Gobierno nipón ha reservado miles de millones de yenes para los dos días de celebraciones, según informa el periódico Japan Today.
El Palacio Imperial estará decorado con banderas y lanzas, habrá un escuadrón militar con sus uniformes ceremoniales, junto con tambores y gongs.
Por su parte, la princesa Aiko, de 17 años, vivirá la entronización de su padre sin olvidar que Japón instituyó la ley sálica en 1889 para adaptarse a las monarquías occidentales, quedando irónicamente anticuados y criticados por la discriminación que esto supone.
Ahora con su entronización, ¿romperá Naruhito a promover un cambio a favor de su hija para adaptar la institución del siglo XXI? Por que si no es así, el trono pasará a su sobrino Hisahito, que tiene 12 años y es el único varón de su generación.
Se sabe que Masako tuvo problemas con su primer embarazo y para el 2001 dio a luz a la princesa Aiko, entonces empezaron las presiones por concebir el hijo varón que la llevaron a una fuerte depresión y por años ha sido llamada "la princesa triste".