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La monarquía holandesa ha vuelto a ser el centro de atención por un controvertido episodio relacionado con la seguridad de la princesa Amalia, cuya integridad fue puesta en alerta debido a distintas amenazas de secuestro. Ahora, los reyes Guillermo y Máxima de Holanda han tenido que pedir disculpas públicamente tras un incidente que, en lugar de garantizar la protección de su hija, terminó en una persecución que aterrorizó a un periodista y a sus amigos.
Desde los primeros años de su relación, los reyes Guillermo y Máxima han tenido que enfrentar críticas por su estilo de vida y carácter, sin embargo, la amenaza de una organización criminal en 2023 que planeaba secuestrar a su hija Amalia llevó a la familia real a extremar las medidas de seguridad a su alrededor. Recordemos que la joven princesa, de 20 años, incluso tuvo que abandonar temporalmente los Países Bajos para refugiarse en Madrid y disfrutar de un ambiente más libre y fuera de peligro.
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El incidente más reciente que ha puesto a la monarquía en el centro de atención ocurrió durante un viaje que Amalia realizó de Ámsterdam a Amberes donde su equipo de seguridad detectó un vehículo sospechoso y no dudó en actuar. El suceso transcurrió entre un despliegue digno de película que incluyó agentes con pasamontañas y armas hasta la detención de un coche que obligó a sus pasajeros a salir y arrodillarse.
Aunque todo fue en beneficio de la seguridad de la princesa Amalia, el hecho resultó ser un gran error por parte de su equipo de profesionales ya que los sospechosos no eran delincuentes, de acuerdo con el reporte oficial, los pasajeros involucrados eran un famoso presentador holandés llamado Serginio Piqué y algunos de sus amigos.
Después de que el incidente apareciera en redes sociales, generando una ola de señalamientos a la familia holandesa, el abogado de Serginio Piqué finalmente se pronunció para revelar que el rey Guillermo Alejandro había enviado una disculpa de forma directa a su cliente por el malentendido.
Según el abogado, el esposo de Máxima de Holanda expresó su solidaridad y reconoció que la situación estuvo fuera de control aunque en ningún momento se trató de una discriminación racial, como originalmente podría pensarse. Dichas disculpas han evitado que el asunto llegue a los tribunales, no obstante, la imagen de la monarquía se ha visto afectada y pone en tela de juicio las medidas de seguridad extremas que los rodean.
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