No habíamos visto a la reina Isabel II sonreír en los últimos días y la razón fue esta: que Kate Middleton y su nieto, el príncipe William, regresaron de su viaje real en tren para agradecer a voluntarios y especialistas que lucharon contra la crisis ocasionada por el nuevo coronavirus. En el momento de reencuentro también estuvieron presentes el príncipe Carlos, hijo de la soberana, su esposa Camilla Parker, y el conde y la condesa de Wessex, en la entrada del castillo de Windsor.
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Esta es la primera vez que vemos a la reina del Reino Unido, a su hijos, el príncipe Carlos y Eduardo, y al resto de los miembros de alto rango reunidos desde que inicio la pandemia, y es probable que, por ello, la soberana se haya mostrado tan feliz por tener a su familia reunida, aunque sin el príncipe Harry y Meghan Markle.
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El tour de Kate y William salió como estaba planeado aunque hubo dos detractores principales, Vaughan Gething, ministro de salud de Gales, y Nicola Sturgeon, miembro del parlamento escocés, quienes argumentaron que no era necesaria la visita de los royals a sus países en medio de la crisis sanitaria. Sin embargo, la decisión del duque y la duquesa de hacer una gira pese a las restricciones del coronavirus fue catalogada como un "impulso moral" por Boris Johnson. "La gira será un impulso moral bienvenido para los trabajadores de primera línea que han hecho tanto durante la pandemia", citó The Telegraph.
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El viaje de los duques de Cambridge inició el domingo 6 de diciembre de Londres y llegaro al día siguiente a Edimburgh Waverley Station y terminó hoy mnartes en el castillo de Cardiff, donde convivieron con estudiantes universitarios y hablaron de salud mental. También recorrieron algunos pequeños negocios y asaron malvaviscos gigantes, lo que provocó que Kate se manchara sus guantes. Vestida con un elegante abrigo de Alexander McQueen, dijo: "Voy a tener ese malvavisco en mis dedos todo el día".
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Entre los temas que Kate y William intercambiaron con los estudiantes, fue sobre la cena de Navidad y revelaron que aún no saben qué harán ni dónde pasarán la noche decembrina. "Es tan difícil, todavía estamos tratando de hacer planes. Es difícil saber qué hacer mejor", respondió el príncipe William.
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