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La monarquía europea enfrenta tiempos de incertidumbre tras las graves acusaciones que pesan sobre Marius Borg Høiby, el hijo mayor de la princesa Mette-Marit de Noruega. A sus 27 años, el joven se encuentra en prisión preventiva tras ser acusado de una presunta violación, un nuevo escándalo que pone en jaque a la familia real noruega.
La controversia se ha extendido a tal grado que ya existen reacciones significativas en la familia real británica, conocida por su estrecha relación con la realeza nórdica. Kate Middleton y el príncipe William rompieron su habitual privacidad para expresar su consternación ante el momento que vive Marius Borg.
Según información revelada por el medio alemán Bild.de, una fuente cercana a Buckingham indicó que ambos están "conmocionados y tristes" por los acontecimientos que afectan a la familia de su amiga, la princesa Mette-Marit.
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La relación entre Kate Middleton y la princesa Mette-Marit de Noruega se remonta a los años en que la esposa del príncipe heredero Haakon estudiaba en Londres, mientras la esposa del príncipe William comenzaba a destacar en la alta sociedad británica. Este vínculo se ha fortalecido con el tiempo a través de encuentros oficiales y reuniones familiares, consolidándose como una amistad cercana.
Ambas comparten no solo el peso de sus responsabilidades como miembros de la realeza, sino también desafíos personales; mientras Kate sigue recuperándose tras superar su lucha contra el cáncer, Mette-Marit enfrenta complicaciones derivadas de una fibrosis pulmonar crónica.
El príncipe heredero Haakon también se vio obligado a comentar la delicada situación. Desde Jamaica, donde cumplía compromisos oficiales, calificó las acusaciones contra el hijo de su esposa como "graves" y expresó su preocupación tanto por las víctimas como por el impacto en su familia.
El heredero al trono enfatizó que están trabajando para garantizar que Marius reciba apoyo y sea procesado conforme a la ley. No obstante, esta postura fue cuestionada por expertos como Tove Taalesen, quien señaló que “la respuesta de la monarquía noruega fue insuficiente para enfrentar el impacto de este escándalo en su imagen y credibilidad.”
Zara Tindall, hija de la princesa Ana, tambié expresó su pesar por la situación. Este escándalo reavivó un debate sobre cómo las monarquías modernas enfrentan las dificultades personales de sus integrantes, especialmente cuando estas afectan no solo su imagen pública, también la confianza que el público deposita en las instituciones que representan.
A pesar de la compleja situación que enfrenta la monarquía noruega, los lazos entre las casas reales británica y noruega se mantienen firmes. Prueba de ello fue la activa participación del príncipe Haakon y la princesa Mette-Marit en eventos recientes como la coronación del rey Carlos III, donde su presencia reflejó el apoyo mutuo y la cercanía entre ambas familias.
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