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Isabel II del Reino Unido volvió a retomar sus actividades oficiales tras estar en confinamiento por la pandemia en el castillo de Windsor, y fue vista muy sonriente pese a las polémicas declaraciones de su nieto, el príncipe Harry, y su esposa Meghan Markle, quienes acusaron a la familia real de racismo y exclusión.
Además, también es la primera vez que se deja ver luego de que su esposo, el duque de Edimburgo, fue hospitalizado y operado por un mal cardíaco, y desde que recibió la primera dosis de la vacuna contra el Covid-19 en enero pasado.
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Con buen semblante, la soberana del Reino Unido acudió al evento con motivo del centenario de la la Real Fuerza Aérea Australiana, que se llevó a cabo en el Monumento a las Fuerzas Aéreas de la Commonwealth War Graves Commission. Así que por tratarse de un evento de mucha importancia, Isabel II lució un broche en forma de acacia que el gobierno australiano le regaló en 1954.
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Cerca de cumplir 95 años, la reina Isabel II está más que lista para continuar con sus actividades como soberana del Reino Unido pese a las diversas especulaciones y columnas de expertos que aseguran que está lista para ceder su trono a su hijo, el príncipe Carlos, o a su nieto, el príncipe William.
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Como marca la tradición, Isabel II acudió con un saco largo en color verde vibrante, sombrero del mismo color con flores de color blanco y su conocido bolso en color negro que hizo juego con zapatos del mismo tono. Llamó la atención que usara guantes negros, y probablemente se trate de los guantes antivíricos que HM confeccionó especialmente para ella. De acuerdo con un reporte de "The Telegraph", la reina está más que protegida.
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"Cornelia James, que lleva una orden real desde 1978 tras haber suministrado guantes a la reina, la reina madre, la princesa real y la princesa Diana, se asoció con una empresa textil tecnológica suiza para fabricar un nuevo par que destruye los virus al tacto", se lee en su reporte.
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Se nota que el nacimiento de sus dos bisnietos, el hijo de la princesa Eugenia de York, y el hijo de Zara Tindall, le ha dado un nuevo brío en medio de un panorama que parecía triste. Leer también: La nueva arma de la reina Isabel II contra el Covid-19: guantes antivíricos