El plan del rey Carlos III para reducir los costos de la monarquía no solo incluye retirar el título a algunos de sus familiares, también los animales que forman parte de la corona británica se verían afectados. Entre ellos, los queridos caballos de carreras de la fallecida Isabel II del Reino Unido.
Es por eso que el monarca ha puesto a su esposa, la reina consorte Camila, a cargo del establo que pertenecía a Isabel II en el que habitan 50 caballos y cuyo gasto se eleva a más de 1,12 millones de dólares.
De acuerdo con los reportes de los sitios "Vanity Fair" y "Tatler", las ganacias que obtiene la realeza por las carreras de caballos rondan los 659 mil dólares. Debido a la poca ganacia es que el rey Carlos estaría planteando reducir a la plantilla de équidos y a sus entrenadores.
(El rey Carlos III y la reina Camilla durante una reunión en su viaje a Dunfermline, Escocia el 3 de octubre / AP)
Sin embargo, otorgó la responsabilidad del establo a Camila, reina consorte con quien contrajo matrimonio en 2005, porque al igual que su mamá, conoce el cariño que le tiene a los animales, especialmente a los caballos.
Según el asesor de carreras John Warren, "Camila tiene un verdadero amor por las carreras", explicó a "The Times", además de relatar que la Reina está al pendiente cada día de los caballos y sus cuidadores.
La pasión que Isabel II de Reino Unido tenía por los caballos se suma al gran cariño que compartía por su perritos corgis y se remonta a su niñez, específicamente a los cuatro años cuando su abuelo el rey Jorge V le obsequió un poni. Dicho regalo le permitió explorar el terreno de la equitación y desarroló sus habilidades en las caballerizas del palacio de Buckingham.