Harry y Meghan: el mundo entero sabe a quiénes corresponden estos nombres. Sí, se trata de la pareja real que --sorpresa de sorpresas-- renunció a la vida palaciega de la monarquía británica --la más popular en el planeta y siendo el príncipe Harry el sexto en línea para el trono--, para buscar una vida "más tranquila y normal", alejada de la perniciosa prensa inglesa.
Corte a: la pareja se muda a Estados Unidos con su primogénito, Archie, a vivir una vida --la verdad, ni tan tranquila ni tan normal--, más al estilo de celebridades hollywoodenses que de la realeza. Actualmente, aún están en confinamiento debido al posible contagio de Covid-19 y a la espera de su segundo hijo.
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Prueba de su estilo de celebrities americanas es la muy publicitada entrevista que Oprah Winfrey hizo a Harry y Meghan "sin temas prohibidos", que se emitirá en Estados Unidos por televisión abierta el próximo domingo 7 de marzo en un especial de la cadena CBS, pues mientras esta decisión ha sido acogida con incredulidad y franca desaprobación en el Reino Unido, en EU ha causado gran expectación y se asume que es una forma de apoyar y justificar la controvertida decisión de la pareja.
(Foto: AFP)
Diferencias culturales
No es solamente en lo que se refiere a esta "reveladora" entrevista que la opinión pública, por lo que refiere a Meghan y Harry, difiere radicalmente en ambos países. Los estadounidenses están felices de tener a su propia "familia real", la que además ha adoptado de lleno el "American way of life" --eso sí, con los abundantes recursos propios de las megacelebridades--, para los americanos, Harry y Meghan han validado que sus aspiraciones y estilo de vida son mejores que incluso, los de la realeza. Por su parte, los ingleses están furiosos porque, según su punto de vista, el príncipe renunció a seguir cumpliendo con su deber, una enorme falta.
Es un poco el sentimiento de tener un empleado al que le pagas una fortuna y que cuando está a punto de resultar más productivo, renuncia. Podrás no reprocharle que haya renunciado --todo el mundo está en su derecho de hacerlo, y además, devolvió la casa y la cuenta de gastos de la compañía--, pero ¿qué haces con todo lo que invertiste antes en él? Totalmente perdido.
Choque de valores
De acuerdo con Joanna Rossiter, periodista de "The Telegraph", la razón de que sus compatriotas estén tan molestos con Harry y Meghan mientras que los americanos los aman, tiene también su explicación en un tradicional choque de valores entre ambas naciones. Los estadounidenses creen firmemente en la posibilidad de dejar atrás el pasado y en el poder de empezar de nuevo desde cero, mientras que los ingleses tienen un sentido del deber muy arraigado.
Mientras los americanos son idealistas, los británicos son más pragmáticos y saben que el pasado no puede dejarse atrás tan fácilmente. Después de todo, la razón de que la entrevista con Oprah cause tal expectación, de que hayan logrado el megacontrato que hicieron con Netflix, y de su misma popularidad de este lado del Atlántico, es que (aún) son los duques de Sussex. Por eso, para los ingleses, el que Meghan y Harry hayan elegido este momento para dar su famosa entrevista, cuando el duque de Edimburgo, abuelo de Harry, está delicado de salud y hospitalizado, se considera no solamente una absoluta falta de respeto, sino casi, casi, traición.
Celebridades al estilo Hollywood vs. tradición
Otro punto importante es que los ingleses consideran de mal gusto la ostentación de la riqueza en las figuras públicas. Mientras que los americanos no ven nada malo en que se inviten las cámaras al enorme jardín y a la megamansión de 16 recámaras en Santa Bárbara de la pareja y que Meghan reciba a Oprah con un vestido Armani de casi 5 mil dólares --de hecho, es el estilo de vida que se espera de sus celebridades-- los británicos sienten que se trata de un comportamiento reprobable mostrar al público lo que la mayoría no puede aspirar a tener. Esto se nota muy claramente entre la pompa y ostentación de la Casa Blanca contra la austeridad de 10 Downing Street, la tradicional casa del primer ministro inglés en funciones.
Y aunque, paradójicamente, a los ingleses no les molesta ver a su realeza en lujosos castillos y con costosas prendas, no lo ven mal porque --de acuerdo con su mentalidad-- ellos están cumpliendo con el digno deber de representar a Inglaterra bajo una luz positiva ante el mundo. Es la misma razón por la que los escándalos en la familia real tienen las enormes repercusiones que tienen y por lo que los pagan tan caro. Quienes los mantienen, exigen de ellos un comportamiento intachable y que cumplan con sus obligaciones con buena cara; para los ingleses, eso es lo razonable.
Las encuestas
Desde hace muchos años, la prensa inglesa publica anualmente las encuestas de popularidad de los diferentes miembros de la familia real entre su población. Durante décadas los resultados fueron siempre los mismos: la reina es inmensamente popular, Harry era idolatrado, William tiene una buena calificación y hay una benigna tolerancia hacia el príncipe Carlos.
Sin embargo, a raíz de la renuncia de Harry y Meghan a participar como miembros activos de la familia real, los números cambiaron radicalmente. Los ingleses pasaron de aprobar en su mayoría a Meghan y Harry, a reprobarlos; sus calificaciones sufrieron una brutal caída. Hasta antes de su renuncia, Harry contaba con un porcentaje de aprobación de 67%, y para noviembre del año pasado, estaba en 47%; una baja de 20 puntos porcentuales; mientras que Meghan tenía una tasa de aprobación de 59% que bajó a 33%, una caída de ¡26 puntos!
Esto significa que Harry tenía en noviembre el mismo nivel de popularidad que su madrastra, Camilla Parker-Bowles, y Meghan, aún menos que esta mujer, a la que Diana llamó "el rottweiler"...ouch. Y esto fue antes de que se anunciara la renuncia definitiva a su rol como miembros de la realeza, a la muy criticada participación del príncipe en el programa nocturno de entrevistas de James Corden, a la entrevista con Oprah y de que explotara la última bomba en la prensa: las acusaciones de bullying a personal del palacio por parte de Meghan, historia que se publicó en estos días y que, supuestamente, tiene a la duquesa de Sussex muy triste y agobiada.
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El futuro
Y aunque se podría pensar que dado que Harry y Meghan están realmente viviendo el sueño americano y poco les debe importar lo que opinen de ellos en Reino Unido, se acercan varios eventos que los obligarán a visitar el país natal de Harry, salvo que se dé un verdadero cisma familiar. La pareja deberá estar presente en los funerales de los abuelos del príncipe, cuando Carlos sea coronado y eventualmente, William.
Cabe esperar que no serán visitas agradables para los (todavía) duques de Sussex; aunque quien sabe, las encuestas también dicen que son más populares entre los millennials y la Generación Z de Inglaterra, quienes han crecido acostumbrados a vivir frente a las cámaras y que no ven a las acciones de Meghan y Harry como "vergonzosas".
Tal vez, después de todo, la pareja más hollywoodense de la realeza sea el verdadero futuro de la monarquía.