Parece que al príncipe Harry y Meghan Markle no les afectó en absoluto la decisión que tomó el rey Carlos III de pedirles que desalojaran Frogmore Cottage, la casa que Isabel II les otorgó como regalo de bodas.
Mostrando sus mejores sonrisas, los duques de Sussex reaparecieron en uno de los clubes privados más importantes de West Hollywood luego de que "Daily Mail" reportara la decisión del monarca británico.
Aunque Carlos III no se había pronunciado respecto a "Spare", todo indica que el desalojo de Frogmore Cottage es consecuencia de todos los dardos que el príncipe Harry y Meghan Markle han lanzado contra la familia real británica.
Sin embargo, en un movimiento probablemente calculado, Harry y Meghan fueron captados llegando a San Vicente Bungalow, uno de los clubes privados más lujosos e importantes en Estados Unidos.
Los duques de Sussex y algunos de sus amigos llegaron sonrientes a dicho lugar, el cual, solamente tiene poco más de mil miembros y una lista de espera de casi 8 mil personas, según "GQ".
Entre las ventajas que San Vicente Bungalow ofrece a sus miembros se encuentra la prohibición de fotos, acuerdos de conducta y confidencialidad, ya que al entrar son retirados todos los celulares.
(Meghan Markle llegando al club San Vicente Bungalow / Instagram)
Por tal motivo dicho club privado se ha vuelto el punto de reunión de grandes personalidades como Jennifer Aniston, Taylor Swift, Sandra Bullock, Jennifer Lopez y ahora, Harry y Meghan.
Para su cita, Meghan Markle, de 41 años, se decantó por unos pantalones de cuero de corte cigarette, unos impresionantes tacones Dior y un abrigo beige de Carolina Herrera con valor de más de mil euros.
Mientras que el príncipe Harry, de 38 años, optó por la comodidad con jeans de mezclilla, playera azul marino y un abrigo en gris.
(El príncipe Harry y Meghan Markle saliendo del club San Vicente Bungalow / Instagram)
Aunque la decisión de Carlos III parece no afectar a los Sussex, quienes viven en Montecito, California, la realidad es que desmuestra que la monarquía británica no seguirá tolerando los señalamientos del matrimonio.