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"No todo lo que brilla es oro", reza un dicho mexicano y al parecer los royals del trono inglés están teniendo serios problemas para mantener en óptimas condiciones el cuidado del palacio de Buckingham, hogar de la familia de la reina Isabel II desde tiempos del reinado de Victoria I.
De acuerdo con Vanity Fair, fue en 2007 que un pedazo de la fachada del palacio se desprendió y estuvo a punto de lastimar a la princesa Ana, pero no es la única vez que ocurre, además, está lleno de goteras y ratones. Además, en caso de que el príncipe Carlos llegara al trono, él no viviría en la residencia porque la considera difícil de mantener, además de que opina que es muy grande. Se sabe que el hijo de la reina Isabel II quiere seguir viviendo en Clarence House con su esposa Camilla Parker.
" Le preocupa lo poco sostenible que es. 'No es muy fan de ‘la casa grande', citaba en 2017 el diario The Times a un trabajador del palacio. No lo ve como un hogar viable, ni como una casa que tenga sentido en un mundo moderno. Considera que su mantenimiento, tanto desde un punto de vista económico como medioambiental, no es sostenible”.
Si Carlos llega al trono, se cree que el uso que tendrá el palacio de Buckingham será únicamente para eventos especiales y abriría sus puertas al público en verano, es decir, se convertiría en un edificio en memoria de su madre con tonos comerciales.
"Pero incluso si el palacio de Buckingham sobreviviera a Carlos de Inglaterra, parece que tampoco tendría mucha suerte con el príncipe William. El duque de Cambridge, segundo en la línea de sucesión al trono, opina como su padre que el palacio es demasiado caro de mantener y no se ajusta bien a las necesidades de una familia moderna".
Tal parece que la vida actual de los príncipes William y Harry no contempla ocupar los enormes espacios de este palacio que ha sido admirado por miles de visitantes.