En su juventud, Estefanía de Mónaco, la princesa rebelde del principado, probó suerte como cantante y fue una de las royals que más corazones robaron entre la década de los años 80 y 90. Aunque la hija de del príncipe Rainiero III y Grace Kelly fue una de las consentidas de las compañías disqueras, también recibió todo el apoyo de sus famosos papás.
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Sus temas "Ouragan" y "Flash" la llevaron a dar la vuelta por todo el mundo ¡y no era para menos! pues además de pegajosos, fueron compuestos por ella misma. Así, famosa y atractiva, se presentó en el festival de Acapulco 1991, donde Luis Miguel le entregó un premio.
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Stéphanie Marie Elisabeth Grimaldi viajó a Los Ángeles, antes de llegar a México, para hacer una colaboración anónima con Michael Jackson y, al término de este compromiso, la princesa viajó al puerto de Acapulco y fue cautivada por Luis Miguel.
El festival de Acapulco era producido por Televisa en colaboración con el gobierno de Guerrero y fue el espacio más importante a nivel internacional en cuanto a música se refiere. Al mando estuvo Raúl Velasco, Luis de Llano y Marco Flavio Cruz. Según el libro de la periodista Martha Figueroa, "Micky: un tributo diferente", cuando Estefanía llegó a México le preguntaron si conocía a Luis Miguel y su respuesta fue "No". La hermana de Alberto de Mónaco no estaba tan interesada en él pero Luismi siguió insistiendo, por eso, él le entregó la medalla de participación en el festival.
(El Universal)
La prensa del corazón y espectáculos estaba más que fascinada de que un affaire comenzaba a cocinarse, pero no todo para Estefanía Grimaldi salió como esperaba.
Resulta que una noche, la princesa rebelde llegó al Baby'O, la discoteque más famosa de aquella época, y quiso entrar pero ni los guardias ni el gerente la dejaron pasar. "Una chica muy guapa pero con mala pinta llegó a la puerta”, se lee en algunos reportes. "Se veía mal, como si hubiera estado tres días de fiesta: descalza, con los jeans rotos y hippie".
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Entonces, de acuerdo con varios reportes, el "cadenero" le dijo a la princesa, aún sin reconocerla, que se regresara a su casa y que se vistiera bien. Cuando Luis Miguel se enteró de lo que había ocurrido, le llamó a au amigo, el gerente, para regañarlo por haber tratado así a la que quería que fuera su novia y, además, princesa europea.
Al final, Estefanía pronto comenzará a tener un romance con su guardaespaldas y Luis Miguel se quedó deseando sumar a la princesa en su lista de romances.