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Llegó el castigo. Si el rey Alberto de Bélgica no acata la orden del juez y sigue sin enfrentar la prueba de ADN para comprobar la paternidad de Delphine Boël, deberá pagar 5 mil euros diarios hasta que se realice la prueba que la ley de Bélgica le ha ordenado.
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(EFE)
Una corte belga ordenó a un monarca emérito del país pagar 5.000 euros (5.600 dólares) por día hasta que se realice una prueba de paternidad para resolver un caso de larga data presentado por una mujer que dice ser su hija.
Una fuente judicial dijo que el rey Alberto II, de 84 años, debe pagar esa suma a la artista belga Delphine Boel, de 50 años, por cada día que incumpla una orden judicial del año pasado para tomar una muestra. Alberto, quien abdicó hace seis años a favor de su hijo Philippe, está desafiando la orden de someterse a una prueba de ADN.
El monarca retirado ha estado luchando contra el reclamo de Boel desde hace más de una década. Las pruebas de ADN ordenadas por la corte ya han probado que ella no es hija de su padre legal, Jacques Boel, descendiente de una de las dinastías industriales más ricas de Bélgica.
Su identidad se convirtió en un tema de debate público después de la publicación en 1999 de una biografía de la reina Paola, la esposa italiana de Alberto, quien alegaba que el monarca había tenido una larga relación extramatrimonial de la cual nació una hija en la década de 1960.
Alberto, quien no tiene un papel público formal, reconoció que él y Paola tuvieron dificultades conyugales. Sus tres hijos son todos mayores que Boel. La siguiente en la línea de sucesión al trono es la princesa Elisabeth, de 17 años, hija de Philippe y la reina Mathilde.
