La compleja relación entre el príncipe William y Tom Parker Bowles, hijo de la reina Camila, se convirtió en un tema recurrente en la prensa británica. Mientras la navidad se acerca, los medios especulan sobre si las tensiones entre ambos podrían afectar las festividades de la familia real británica.
Según reporta el Daily Beast, el hijo del rey Carlos III podría evitar la celebración en Sandringham si Tom decide asistir, optando en cambio por una reunión más privada en su residencia en Anmer Hall, junto a Kate Middleton y sus tres hijos.
El ambiente navideño en Sandringham suele ser una ocasión clave para que los miembros de la realeza británica se reúnan y muestren unión. Sin embargo, este año se anticipa una celebración diferente debido al notorio distanciamiento entre William y Tom. La razón de esta separación radica en la marcada incomodidad que siente el príncipe hacia el estilo de vida de su hermanastro.
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Según la fuente citada por el portal americano, William “no se siente cómodo con el estilo libertino de Tom”, lo que ha llevado a que ambos mantengan una relación distante. Esta tensión se suma a otro conflicto familiar que ha afectado a William en los últimos años, su relación con el príncipe Harry.
Los hijos de Lady Di no han tenido una conexión cercana desde que Harry se mudó a Estados Unidos, y aunque recientemente William lo mencionó públicamente en una entrevista, los expertos señalaron que una reconciliación parece improbable. Según el experto Phil Dampier "la brecha entre ellos sigue siendo tan grande como siempre" lo que deja en claro la distancia personal y emocional que separa a los hermanos.
Esta situación con Harry dejó a William en una posición vulnerable dentro de la familia, en la que cada vez se muestra más reservado y menos dispuesto a crear lazos con otros miembros, incluido el hijo de la reina Camila.
Thomas Henry Charles Parker Bowles, mejor conocido como Tom Parker Bowles, nació el 18 de diciembre de 1974 en Westminster, Londres. Hijo de la reina Camila y de su primer esposo, el capitán Andrew Parker Bowles, Tom creció entre Bolehyde Manor y Middlewick House, en Wiltshire, junto a su hermana menor, Laura Lopes.
Fue educado en prestigiosas instituciones como el Eton College y el Worcester College. Aunque sus padres lo criaron en el seno de la fe católica, mantuvo una vida independiente de la realeza, dedicándose a su carrera como escritor y crítico gastronómico.
A diferencia del príncipe William, quien ha seguido una trayectoria marcada por la formalidad y las expectativas de la corona, Tom optó por un camino más liberal y de pasión por la gastronomía. Es autor de siete libros de cocina y en 2010 recibió el premio Guild of Food Writers por sus contribuciones a la literatura culinaria británica.
También ha ganado renombre como juez en programas de cocina y escribiendo reseñas de restaurantes. Este perfil de Tom, tan alejado de las responsabilidades de la monarquía, es uno de los puntos que más tensiones genera en su relación con William.
La mala relación entre el príncipe de Gales y Tom también fue influenciada por el pasado de este último. Durante sus años de juventud, Tom enfrentó problemas de adicciones, que fueron ampliamente publicitados en la prensa británica y que generaron gran preocupación en su mamá.
Aunque estos eventos ocurrieron hace décadas y Tom ha reconstruido su vida profesional con éxito, la sombra de esos momentos complicados sigue presente en la percepción pública y, posiblemente, en la de William.
El rey Carlos III y Tom Parker Bowles comparten un interés genuino por la agricultura y la gastronomía, temas que fortalecen su vínculo. En una entrevista, Tom se refirió a Carlos como “un héroe de la gastronomía, alguien que promueve la agricultura sostenible y que es un conocedor apasionado de la cocina británica”. No obstante, este punto en común no fue suficiente para superar las fricciones entre los hermanastros.
Tom ha expresado en diversas ocasiones que prefiere celebrar la navidad de una forma más privada, en un círculo familiar más pequeño. Aunque aprecia a su mamá y al rey Carlos, suele pasar estos días con su hermana Laura y su papá, con quienes conserva una relación cercana y más relajada.
Por otro lado, este año se espera que la celebración en Anmer Hall sea más destacada con la posible asistencia de los padres de Kate, Carole y Mike Middleton: “Siempre ha habido una fiesta de Navidad alternativa y ligeramente encubierta en Anmer Hall, pero este año será mucho más evidente”, confesó un allegado a la familia real.
De esta manera, William y Kate buscarán un entorno más íntimo y familiar para sus hijos esta navidad, en contraste con el ambiente formal y mediático de Sandringham.
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