El próximo 15 de septiembre el príncipe Harry celebrará su cumpleaños 40 con un significativo regalo que mejorará considerablemente su situación financiera: una herencia otorgada por su bisabuela cuyo valor se estima en aproximadamente 20 millones de dólares, cantidad que forma parte del legado que la reina Isabel Bowes-Lyon dejó antes de su fallecimiento.
Dicha cifra representa una porción considerablemente superior a los 13 millones de dólares que recibirá su hermano, el príncipe William. La disparidad en las cantidades de la herencia se debe a la estructura del fideicomiso establecido por su bisabuela, quien diseñó este fideicomiso con el propósito de equilibrar las oportunidades financieras entre sus descendientes.
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A diferencia de William, quien tiene acceso a los ingresos de los ducados de Cornualles y Lancaster, el príncipe Harry no dispone de esos recursos adicionales por lo que la significativa herencia busca compensar y proporcionar un soporte financiero extra al esposo de Meghan Markle, quien abandonó su rol en la corona británica en 2020.
La situación ha generado un descontento en la familia real ya que según Closer, fuentes cercanas a los príncipes de Gales indican que el matrimonio no está contento con la herencia que recibirá Harry porque consideran que no se lo merece. "William está bastante disgustado de que, una vez más, Harry vaya a recibir millones sin hacer nada por ello", comentó la fuente.
El fideicomiso de la Reina Madre estipulaba que los beneficiarios recibirán su herencia en dos etapas: una a los 21 años y otra a los 40 años. Aunque el príncipe Harry ya superó la primera etapa, este año recibirá el segundo tramo de su herencia.
Esta suma aumentó debido a los intereses acumulados durante más de dos décadas, lo que refleja la previsión financiera de su bisabuela, así como su intención de asegurar un futuro económico sólido para el resto de su familia.
Cabe destacar que la herencia de la Reina Madre no es el único legado significativo que el príncipe Harry tiene en su poder. En 2021, el duque de Sussex reveló que también se benefició de la herencia que dejó su mamá, la princesa Diana, con un aproximado de 10 millones de libras.
Dicho dinero surgió del divorcio de Diana con el entonces príncipe Carlos y fue crucial para Harry y Meghan en su establecimiento en los Estados Unidos y en la gestión de sus gastos iniciales.
El testamento de Diana estipulaba que sus activos financieros se mantuvieran en fideicomiso hasta que sus hijos cumplieran 25 años, momento en el cual se dividirán por igual entre William y Harry, sin embargo, esta edad se extendió hasta los 30 años.
Este importante desembolso llega en un momento crítico para el príncipe Harry. Desde su mudanza a California, enfrentó elevados costos asociados con la seguridad de su familia y el mantenimiento de su mansión en Montecito. La llegada de esta herencia no solo aliviará las presiones económicas recientes, sino que también proporcionará un impulso financiero esencial en un período de grandes cambios y desafíos para él.
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