El Palacio de Buckingham servía de pantalla para proyectar la frase “I Am Invictus” (Soy Invictus) junto con un juego de luces que invitaba a los turistas que pasaban a tomarse la foto del recuerdo. Se veía espectacular. Era septiembre del 2014 y en todo Londres se vivía un ambiente de fiesta ya que se celebrarían por primera vez los Invictus Games, una iniciativa del príncipe Harry para reunir a veteranos que hubieran quedado discapacitados en un campo de batalla y ofrecerles una segunda oportunidad en el deporte.
Por esos días el príncipe cumplió 30 años y era la fecha perfecta para cederle un poco de protagonismo como segundo a bordo del trono y dejar claro que las fiestas donde terminaba desnudo en Las Vegas eran cosa del pasado. Harry se había convertido en un hombre responsable, había madurado así que Casa Real aprovechó para potenciar su imagen y el esfuerzo funcionó porque ese año fue el segundo miembro más popular de los Windsor, sólo abajo de la reina Isabel II.
El entonces príncipe heredero Carlos, Camila Parker y su hermano el príncipe William no cabían de orgullo, lo acompañaron en todo momento, le aplaudían, se reían de sus chistes… al fin la oveja negra volvía al rebaño.
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Los juegos fueron un éxito y el 14 de septiembre se llevó a cabo la clausura con un concierto que ofreció el cantante James Blunt, entre el público estaba Cressida Bonas, la novia de Harry por dos años. Así Harry celebró su cumpleaños número 30, eran otras épocas aquellas cuando tenía familia, la familia real inglesa.
A una década de aquellos juegos es increíble como la historia ha cambiado.
En 2016 conoció a la actriz Meghan Markle, en 2018 se casó, en 2020 renunció a su título y a todos los privilegios de vivir como miembro de la familia real para probar suerte en Los Ángeles. En el trayecto no ha parado de atacar a su padre, hermano, cuñada y madrastra en entrevistas como la de Oprah, en su libro Spare y en la serie de Netflix. Hay qué dejar claro algo, ha cobrado por ello.
De haber sido ese príncipe pícaro tan querido en el Reino Unido, hoy apenas puede poner un pie porque la prensa se ha ensañado con él. El público que una vez lo aplaudió hoy si se lo encuentran en la calle lo abuchean. Tristemente, es persona no grata en su país. Unos dirán que merecido se lo tiene, otros que no, eso lo determinará la opinión pública pero definitivamente son otros tiempos.
Con la misma intensidad que ha atacado a los Windsor, también su imagen se ha venido abajo. Cada iniciativa que lanza junto con Meghan Markle, ya sea altruista o de negocios, fracasa, la pareja ha perdido credibilidad, popularidad, además de el respeto del público.
La periodista británica Bryony Gordon, quien conoce muy bien a Harry desde el 2016, ha sido entrevistada por el Daily Mail con la intención de saber si la actriz americana es en realidad una mala influencia para él. Bueno, a nosotros nos queda claro la respuesta pero ella ha dicho.
“Es una pareja bastante normal que vive en una situación absolutamente extraordinaria. He oído muchas cosas bastante negativas sobre él, difamaciones que no se parecen en nada al hombre al que he llegado a considerar amigo, el que se preocupa apasionadamente por los veteranos heridos y que ha hecho más que la mayoría para cambiar las percepciones de la salud mental en este país”.
De acuerdo a Gordon en casa de los Sussex en Montecito todo es armonía, aunque los medios locales han hecho eco de una que otra pelea, que también es normal.
La paternidad es una de las cosas que más disfruta Harry y es que su progenitor, el rey Carlos III, nunca fue un padre presente, así que el príncipe ha querido romper el molde y él junto con Meghan se han enfocado en sus dos hijos Archie y Lilibet. Según dice Bryony “No tienen aires de grandeza, no tienen ningún deseo de hacer nada más que proteger a sus hijos de un mundo cada vez más digital al que nada le gusta más que ver lo peor de las personas”.
Un día en su casa de Montecito transcurre con gran normalidad, la pareja lleva a los niños al colegio, desayunan y dedican las siguientes horas a trabajo de oficina, enviar mails y hacer llamadas sobre los diferentes proyectos que tienen. En esta familia la cocina es una de las actividades que suelen hacer juntos, disfrutan preparando platillos ingleses aunque la especialidad, como es de esperarse es la cocina americana, eso sí la versión sana porque a Meghan le gusta comer orgánico. Cuando Archie y Lilibet salen de la escuela, todos comen en familia.
En las tardes y una vez que cumplió con el trabajo, aprovecha para jugar con sus hijos. La periodista Bryony dijo “Pasé una tarde en la casa, con los niños corriendo alegremente mientras tomábamos té. Harry me mostró orgulloso la pared de fotos DIY que había creado recientemente, con fotos de su madre”. Su nueva vida California ha sustituido a la de Buckingham donde, como él lo sabe, no se le extraña.
Aunque no lo crean, este sábado tendrá buenas noticias provenientes del Reino Unido ya que recibirá la última parte del fideicomiso que le dejó su bisabuela, la reina madre Isabel, progenitora de la difunta reina Isabel II.
Nada más y nada menos que siete millones de libras (unos 177 millones de pesos mexicanos) y sin pagar impuestos ya que la familia real es experta en eludir las tormentosas leyes de hacienda. Esta es una muy buena noticia para el hermano menor de William ya que últimamente los negocios no le han salido como quisiera, el último ejemplo es la firma para el hogar que creó Meghan, American Riviera Orchard que pese al lanzamiento en marzo no se ha escuchado nada más de esta marca, al igual que de otras iniciativas de la pareja.
Después de disfrutar de una reunión entre amigos y familia en la residencia de Montecito, el 15 de septiembre, días después Harry festejará con un grupo de conocidos en las montañas de California.
Si bien el grupo de amigos ingleses del príncipe se ha reducido, aún le quedan unos cuantos que viajarán desde el Reino Unido para estar con él. La mayoría le ha retirado el habla y se han ido del bando del príncipe William. Por lo anterior la cartelera fuerte proviene de su nuevo entorno Hollywoodense como Orlando Bloom, Chris Martin, James Gordon y el jugador de polo argentino argentino Nacho Figueras que se ha convertido en el mejor amigo de Harry y quien ha sustituido a William como hermano.
Todos ellos disfrutarán de un fin de semana muy divertido donde no faltará la cerveza y mucho menos el whisky.
De esta forma Harry celebra 40 años de vida, esperamos que esta nueva década le de más paz al príncipe y evite manchar la imagen de los Windsor porque evidentemente esta estrategia le ha fallado y mucho.
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