Tras varios años de negarse a pruebas de ADN para reconocer la posible paternidad de Delphine Boël y pagar multas en miles de euros, el rey emérito de Bélgica por fin aceptó someterse a las pruebas de genética pero apeló antes de que los resultados se hagan públicos, por ello, aún se mantiene en secreto el resultado de los análisis del rey Alberto.
La apelación del rey Alberto II de Bélgica será discutida por el Tribunal de Casación, la última instancia en Bélgica, informó Royal Central. Delphine Boël nació en 1968, es hija de la baronesa Sybille de Selys Longchamps y fue reconocida oficialmente por el esposo de su madre, Jonkheer Jacques Boël, como suya. Leer también: El rey Alberto II de Bélgica por fin aceptó hacerse prueba de ADN
La demandante asegura ser el fruto de un romance extraoficial de dos años que el royal tuvo su mamá. Delphine Boël ha asegurado en este tiempo que no se trata de pelear una herencia, ya que su padre legal es mucho más rico que el rey.
Luego de varios años de exigir que el rey la reconozca como su hija, las leyes de Bélgica obligaron a Alberto II a realizarse pruebas de ADN pero como se negó en varias ocasiones, le aplicaron una multa de 5 mi euros al día hasta que obedezca el mandato del gobierno. Por fin. Delphine logró una parte de su demanda. Leer también: El rey Alberto de Bélgica reta a la ley y se niega a realizarse prueba de ADN por paternidad
Sin embargo, luego de que por fin accedió a examinarse para probar su posible paternidad, el rey Alberto II, de 85 años, apeló el caso y los resultados no podrán hacerse públicos hasta que se resuelva esa instancia. Leer también: El rey Alberto de Bélgica posa para retrato familiar en medio de escándalo por prueba de ADN
De acuerdo con la fuente consultada, es probable que el rey Alberto pierda el juicio y el tribunal le ordene hacer públicos los resultados. Incluso, hay imágenes de Delphine cuando era niña y, con ella, está el padre del actual rey de los belgas, Felipe. Leer también: Con prueba de ADN, el ex príncipe Nicolás de Rumania reconoce paternidad