Ser parte de la realeza no los hace inmunes a padecer algún tipo de trastorno como la dislexia, la cual, a quienes la padecen les dificulta hablar o escribir correctamente porque se les complica identificar el orden de las letras. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para llevar una buena vida como es el caso de estos royals.
Juan Carlos I de España
Si bien la infancia y juventud del rey emérito español estuvo marcada por la muerte de su hermano Alfonso, también el rey Juan Carlos tuvo dislexia durante su niñez, al menos así lo relató su hermana, la infanta Pilar, en el documental Yo, Juan Carlos, rey de España.
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“No sabíamos por aquel entonces que era disléxico. Le costaba mucho estudiar pero los disléxicos desarrollan otro tipo de inteligencia. Su intuición viene de ahí”.
Aunque el padre de Felipe VI nunca ha hablado al respecto, de acuerdo con el diario El Español, Juan Carlos de Borbón no era un niño que sobresaliera en la escuela, de hecho le costaba mucho trabajo estudiar y hasta lo llegaron a calificar de tonto, tal y como dijo en el mismo documental el exvicepresidente de gobierno, Alfonso Guerra.
“Era un joven tonto, muy tonto, pero pronto descubrimos que de tonto no tenía nada”.
Beatriz de York
En la familia real británica también hay una persona con este trastorno, la hija mayor del príncipe Andrew y Sarah Ferguson fue diagnosticada con este problema cuando tenía 7 años de edad, según Bekia.
Aparentemente los duques de York se dieron cuenta de esto cuando Eugenia, quien es año y medio menor que su hermana, aprendió a leer con mucha facilidad antes que Beatriz, por lo que dedujeron que la pequeña tenía dificultades para aprender.
“Mientras Eugenia aprendía a leer con rapidez, ella apenas reconocía las letras”, dijo en 2008 Sarah Ferguson.
Años más tarde, la propia princesa Beatriz reconoció que tenía dislexia y que le causó muchos problemas durante su infancia, incluso, ahora de adulta, continúa en su lucha contra el problema para que no afecte sus tareas cotidianas como enviar un correo electrónico, por ejemplo.
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Beatriz de York, además, se ha interesado en apoyar a quienes sufren este problema que afecta a una de cada diez personas, pues tanto ella como su madre hacen donaciones a organizaciones benéficas que ayudan a niños de escasos recursos con dificultades para escribir y leer.
Carlos XVI Gustavo de Suecia
El rey de Suecia -quien gobierna desde 1973- ha tenido dificultades para desempeñar sus responsabilidades debido a la dislexia. El rey considera su problema como un complejo que le causa inseguridad, ya que mucha gente depende de él, sobretodo cuando tuvo que demostrar que era apto para ser monarca.
“A pesar de que el monarca pueda parecer un señor arrogante y testarudo, la verdad es que toda su vida ha tenido que superar la timidez y la falta de confianza en sí mismo”, escribió Barbro Hultma en su libro Tras las Bambalinas Reales.
Carlos Felipe de Suecia
El hijo del monarca sueco ha hablado en varias ocasiones de su problema, en 2015 dijo que el tema de los trastornos del aprendizaje serían tomados seriamente por su familia, ya que gran parte de la familia tiene dislexia.
“Nada me produce más tristeza que el que nos consideren estúpidos a los que sufrimos dislexia porque no los somos. Sé cómo te sientes cuando alguien cree que no sirves para nada. Los insultos y las burlas te hacen todavía más inseguro y eso agrava el trastorno”, recopila Vanitatis.
Reveló que en algún momento de su vida sufrió bullying por su padecimiento por parte de sus compañeros de clases, quienes se burlaban debido a que a él le costaba mucho leer.
Victoria de Suecia
La hermana mayor de Carlos Felipe de Suecia también heredó el trastorno de su padre, el cual la afectó durante gran parte de su niñez y adolescencia, pues le costaba aprender lo que al resto de los niños les parecía fácil.
“En el colegio oía cosas que me hacían sentir mal. Era incapaz de leer o de escribir. Las letras brincaban y todos se reían de mí. Solía pensar que era estúpida y lenta”.
Pero eso no es todo, de acuerdo con Vanity Fair, la princesa también padece prosopangnosia, una agnosia visual que le dificulta reconocer rostros, por lo que la vida de Victoria ha sido aún más difícil debido a sus trastornos.
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Magdalena de Suecia
Otra royal de la realeza sueca que no se libra de la dislexia es la hija menor del rey Carlos XVI y al igual que sus hermanos, pasó por muchos momentos complicados en su niñez debido a las dificultades para aprender, aunque su trastorno es más leve que el de sus hermanos.
Magdalena también fue víctima de otro problema, según el diario español Semana, cuando tenía 18 años sufrió de anorexia y ansiedad.
Emmanuel de Bélgica
El tercero de los cuatro hijos del rey Felipe de Bélgica es el royal más joven de este listado, fue en 2012 cuando se dio a conocer que tiene un problema para aprender y sus padres decidieron cambiarlo de colegio. En ese año, Emmanuel dejó el Sint-Jan Berchmans para matricularse en la escuela Eureka, la cual se especializa en la educación de niños con trastornos de este tipo.
Aunque la familia real nunca ha dicho que sufre de dislexia, los medios locales presumen que es así.
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Astrid de Noruega
Aunque la hermana mayor del rey Harald V no es una de las figuras más conocidas, se debe reconocer que durante su infancia y juventud luchó contra la dislexia para poder desempeñar cargos de importancia, como ser la Primera Dama de 1954 a 1968.
Además, de acuerdo con algunos sitios, ella se ha comprometido a apoyar organizaciones que luchan contra este padecimiento, de las cuales la que más destaca es la asociación Norwegian Dyslexia Association, en la cual funge como presidenta.
Un dato curioso es que su hija, Cathrine Ferner también es disléxica, por fortuna para ella, su mamá siempre ha estado a su lado para guiarla.
Olympia de Grecia
Pese a que la royal es muy popular en las redes sociales y es una fanática de compartir momentos felices de su vida a sus seguidores, la realidad es que su vida no siempre así de fácil. La sobrina nieta política del rey Juan Carlos confesó en una entrevista para la revista Tatler que más allá de sentirse mal por su enfermedad, lo tomó como una ventaja para su vida, pues es más creativa que la gente promedio y ello le da una ventaja para dedicarse a lo que quiere.
“Soy disléxica, así que soy más creativa y visual que académica. Me gustaría dedicarme a la fotografía o la moda”.
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Luis de Luxemburgo
El tercer hijo del duque de Luxemburgo ocultó por muchos años a sus padres que padecía dislexia, por supuesto que él no sabía que se trataba de un trastorno, simplemente se daba cuenta de que le costaba aprender más que a sus hermanos o compañeros de clase, así que se esforzaba día a día para salir adelante.
“Fue impresionante cómo logró convencerme durante todo ese tiempo que podía leer, cuando no podía”, contó en alguna ocasión María Teresa de Luxemburgo, su mamá.
Pero agregó que en cuanto notaron que algo no estaba bien, buscaron ayuda profesional para su hijo con la finalidad de que lograra desenvolverse académicamente.