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El dolor por la abrupta muerte de Diana de Gales en París hace 25 años generó una mayor complicidad entre sus hijos, William y Harry, una sintonía hoy inexistente atribuida a la irrupción en la familia real británica de la actriz estadounidense Meghan Markle, ahora duquesa de Sussex por su matrimonio con el Príncipe.
En un país que atraviesa una época incierta a la espera de conocer quién será su nuevo primer ministro tras la dimisión de Boris Johnson y sumido en una crisis por el incremento del coste de la vida, el recuerdo de Lady Di sigue presente, aunque cada vez más difuminado.
( Diana Spencer se compromete con el príncipe Carlos / AP)
Los dos hijos de Diana Spencer y el heredero al trono, Carlos de Gales, fueron educados para apoyarse el uno al otro dentro de un encorsetado entorno palaciego. Esa relación se fortaleció cuando perdieron a su madre tras un trágico accidente de tráfico en París el 30 de agosto de 1997. Aquel varapalo marcó a los príncipes, que entonces solo tenían 15 y 12 años.
(Foto tomada el 6 de septiembre de 1997: los príncipes William y Harry inclinan la cabeza mientras sacan el ataúd de su mamá de la Abadía de Westminster / AFP)
Desde entonces, ambos han responsabilizado a los paparazzi de lo sucedido y nunca han ocultado la animadversión que les provoca el perpetuo acoso mediático a los miembros de la realeza. El fallecimiento de Diana resultó particularmente difícil de sobrellevar para su hijo más pequeño. Años después, el propio Harry admitiría que necesitó terapia psicológica para gestionar sus emociones.
La llegada de Meghan Markle a la familia real
El príncipe William se casó con Catherine Middleton, su compañera de la universidad en St Andrews (Escocia), con quien tiene tres hijos, los príncipes George, Charlotte y Louis, y no tardó en convertirse para Harry en una figura fraternal o, en palabras del propio príncipe, en la "hermana que nunca tuvo".
(Kate Middleton y el príncipe Harry / AP)
Durante años ha sido frecuente ver a los hermanos y a Kate disfrutando juntos en diferentes compromisos oficiales, ofreciendo una imagen pública de complicidad. Harry, mientras tanto, protagonizó algún que otro desliz público, dando carnaza a los tabloides, hasta que pareció "sentar cabeza" al conocer a la actriz Meghan Markle, conocida en Canadá por su papel secundario en una serie de televisión "Suits".
Una amiga común de la pareja los presentó y se volvieron inseparables, si bien pocos apostaban por el futuro del romance.
(Kate Middleton, Meghan Markle y el príncipe Harry / AP)
Desde su primera aparición oficial como pareja del hijo menor de Carlos y Diana, el comportamiento de Meghan Markle fue analizado y criticado en este país, sin que faltaran las comparaciones con la propia Diana, en su día hostigada a diario por los "paparazzi".
La entrada de Meghan en la familia real modificó la dinámica de la relación entre los dos hermanos, que se fueron distanciando y que a día de hoy al parecer apenas mantienen contacto.
(William y Harry develan la estatua en memoria de su mamá, la princesa Diana / Getty Images)
El inesperado anuncio hecho por Harry y Meghan de que abandonarían sus funciones como miembros de la monarquía -el denominado "Megxit", consumado el 31 de marzo de 2020- dejó estupefactos a sus más allegados. El país no tardó en apuntar a la duquesa de Sussex como culpable. Su mudanza a California, donde residen en una impresionante mansión con sus dos hijos, Archie y Lilibet, tampoco fue plato de gusto pero la gota que colmó el vaso fue la explosiva entrevista concedida en marzo de 2021 a un programa de televisión estadounidense en la que la pareja aireó trapos sucios de la familia real.
Entre otras perlas para el recuerdo, los duques de Sussex revelaron comportamientos "racistas" por parte de algún integrante de la casa real del Reino Unido, contaron cómo ella tuvo pensamientos suicidas al poco de su boda y no recibió apoyo de la familia, mientras que Harry relató su "decepción" con el comportamiento de su padre.
Esa "traición" de la pareja minó aún más la maltrecha relación entre los hermanos, cada vez más dañada, si bien los príncipes se vieron de nuevo en el funeral del duque de Edimburgo, marido de la reina Isabel II, en abril de 2021. También dejaron a un lado sus diferencias para desvelar juntos en julio de 2021 en los jardines del palacio de Kensington (Londres), una estatua en honor a su madre, que hubiera cumplido entonces 60 años.
No obstante, no ha contribuido a reparar esas tiranteces una entrevista concedida por Meghan Markle a la revista The Cut, publicada esta semana, en la que esta revela que su esposo le llegó a decir que creía que había "perdido a su padre" (el príncipe Carlos) o que su mera "existencia" (por ella y Enrique) "disgustaba a la jerarquía" de la familia real.