Luego de que la ley obligó a Alberto II de Bélgica a reconocer a Delphine Boël como su hija tras los resultados positivos de ADN, ahora, la artista reclama los mismos derechos que sus medios hermanos: ostentar el título de princesa y lo que le brinde la ley como miembro de la familia real de aquel país.
Delphine Boël nació en 1968 y luchó durante seis años para ser reconocida por el entonces rey Alberto II de los belgas como su hija biológica. La artista también es hija de la baronesa Sybille de Selys Longchamps, con quien el rey emérito tuvo una relación extramarital, y fue reconocida oficialmente por el esposo de su madre, Jonkheer Jacques Boël, como suya.
Aunque al principio Delphine aseguró no querer otra cosa más que el reconocimiento de Alberto II de Bélgica, parece que las cosas han cambiado.
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De acuerdo con el diario belga "Le soir", Delphine Boël quiere tener los mismos derechos que los hijos del ex rey belga tuvo con la ex reina Paola de Bélgica. Este jueves hubo una reunión con la artista y sus abogados en el Tribunal de Apelación de Bruselas para darle seguimiento al reconocimiento del ex rey con su hija. “No quiere ser una niña barata, quiere tener exactamente las mismas prerrogativas, títulos y cualidades que sus hermanos y hermanas”, dijo su abogado Marc Uyttendaele, de acuerdo al medio belga antes citado. Además de que sus hijos también tengan los mismos derechos. Y por si eso fuera poco, también quiere recibir una paga estatal como la reciben Felipe, Laurent y Astrid, y, además, una vivienda.
Esta petición podría cambiar la historia de la familia real belga, pues aunque en 2015 el rey Felipe hizo una ley para que solo los hijos de reyes reinantes y su descendencia pudieran llevar un título real, si la petición de Delphine llega a un juez, éste puede dictar sentencia con carácter retroactivo.
De acuerdo con "Vanitatis", cuando nació Boël aún no estaba en vigencia esa ley y entró en vigor después de que ella metió la primera demanda para que Alberto II de Bélgica la reconociera como su hija, por eso existe la posibilidad de que la ley esté a su favor. En caso de que el fallo saliera positivo para ella, el mundo tendría una nueva princesa: Su Alteza Real, la princesa Delphine de Bélgica.
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Alberto II de Bélgica y la ex reina Paola modificaron su contrato de matrimonio y lo pasaron a separación de bienes, además, el padre de Delphine modificó la repartición de la herencia, dejando a su esposa con el 75 por ciento y el resto a sus hijos y a Delphine, pero dieron preferencia a los hijos de que nacieron dentro de su matrimonio, por lo que la demandante se quedaría con menos del 3 por ciento.
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