La reina Isabel II de Reino Unido y su esposo, el príncipe Felipe, se mudaron del palacio de Buckingham al castillo de Windsor para protegerse de un posible contagio por coronavirus. La monarca, de 93 años, y el duque, de 98, han buscado todos los medios posibles para no exponer su salud debido su edad.
Además de que en ese lugar, en Windsor, la plantilla de empleados es mucho menor, la reina continúa trabajando via remota, con conferencias virtuales y llamadas telefónicas, especialmente con su nieto, el príncipe Wiliam y la Kate Middleton, duques de Cambridge, quienes han sacado la casta frente a una pandemia que azota al mundo entero.
¿Cómo es el castillo de Windsor?
Ese lugar es tan especial para la familia real que en su capilla se han celebrado eventos especiales, como la boda del príncipe Harry y la de su padre, el príncipe heredero Carlos, quien está enfermo por coronavirus.
Está ubicado en Berkshire, Inglaterra, y el motivo de su edificación fue para proteger Londres de las invasiones extranjeras. Su construcción es totalmente de piedra y combina varios estilos, entre los que sobresalen el gótico y el gregoriano y su creación inició en el siglo XI. En toda su historia, ha sido casa de 40 monarcas.
El castillo tiene muchas áreas y apartamentos, por ejemplo, al norte del castillo está el Home Park, donde hay una escuela llamada Saint George que prepara a los coristas de la capilla. El famoso Colegio Eton se encuentra a menos de un kilómetro del castillo de Windsor, al otro lado del río Támesis.
En varios reportes se explica que cada área tiene sus propios relojes que en total suman más de 450. Los de la cocina, por ejemplo, están cinco minutos adelantados para que los alimentos siempre se sirvan a tiempo. En el salón de Saint George hay una mesa para más de 160 invitados y mide 50 metros de longitud.
De acuerdo a Elle, la tradición de beber té en la tarde nació ahí, en el castillo de Windsor, y fue creada por Anne Mary, séptima duquesa de Bedford, quien en 1841 sintió la necesidad de calmar el 'sentimiento de desasosiego'. Entonces, pidió agua caliente, pan, mantequilla y pasteles.
Otro dato interesante es que la superficie del castillo equivale a casi 270 canchas de tenis.
Otro dato que es de suma importancia para la historia y el legado del pueblo inglés es que Hitler nunca lo atacó porque pretendía quedarse con él y convertirlo en su hogar. Por esta razón, el castillo de Windsor fue resguardo de las joyas de la corona. Leer también: Operation London Bridge: ¿Qué pasará cuando Isabel II muera?
Además de otras capillas más pequeñas, el castillo tiene su propia tienda que ofrece al público diversos productos, como leche y sus derivados, carne de res y cerdo, todo de la finca real. Elle agregó que Windsor Farm Shop produce su propio tocino, jamones y elabora más de 20 variedades de pasteles salados y dulces.
Se espera que la reina Isabel II habite el castillo toda la Semana Santa, hasta que el peligro de contagio por coronavirus haya pasado. Leer también: Paul Whybrew, el único acompañante de la reina Isabel ll en la cuarentena por Covid-19