La princesa Charlene de Mónaco ha reaparecido en un evento oficial junto a sus hijos, los pequeños Jacques y Gabriella, tas ausentarse del 45 Festival Internacional del Circo celebrado en Monte Carlo.
La princesa consorte, quien celebró su cumpleaños número 45 el día de ayer, no pudo contar con la presencia de su esposo, el príncipe Alberto II ya que ha dado positivo a Covid-19.
Aunque se ha confirmado que Charlene de Mónaco ya superó la parte más complicada de sus problemas de salud ocasionados por una infección otorrinolaringológica, la consorte aún se ausenta de ciertos compromisos para lograr de recuperarse.
Precisamente el fin de semana pasado cuando su cuñada, Estefanía de Mónaco, causa impresión por su aspecto durante el Festival Internacional del Circo, la princesa Charlene no se encontraba presente.
Sin embargo, el día de hoy Charlene de Mónaco reapareció luciendo completamente elegante en la celebración de Santa Devota, quien es la santa patrona del Principado de Mónaco.
La Princesa acudió en compañía de sus mellizos Jacques y Gabriella de Mónaco, de 8 años, quienes la ayudaron a cumplir con la tradición de quemar un barco.
Los pequeños hijos del príncipe Alberto II portaron sin temor las antorchas de aspecto navideño bajo la responsable mirada de su mamá, quien en todo momentose mantuvo cerca de ellos.
(La princesa Charlene y sus hijos, Jacques y Gabriella durante la celebración de Santa Devota en Mónaco / AFP)
Para su reaparición, la princesa consorte Charlene optó por un look total black compuesto por un abrigo largo de solapa, pantalón de vestir y una blusa de cuello alto, además de unos guantes.
Charlene de Mónaco llevó su característico pelo rubio corto peinado para un costado. Mientras que su hija Gabriella ha demostrado también su fanatismo por la moda y lució un abrigo Armani en color rosa que de acuerdo con "Vanitatis" tiene un costo de 470 euros.
(La princesa Charlene y sus hijos, Jacques y Gabriella durante la celebración de Santa Devota en Mónaco / EFE)
La celebración de Santa Devota ocurre desde el reinado del príncipe Luis II cuando un barco de pesca fue quemado la noche del 26 de enero de 1924 para honrar a la patrona de Mónaco.