Karl Lagerfeld tenía amigos cercanos en todo el mundo, muestra de ello es la cercanía que tenía con Carolina de Mónaco, una de sus íntimas amigas que logró una rápida conexión con el diseñador por su carácter rebelde pese a ser parte de la realeza.
Su relación data de 1975, año en el que la royal cumpliría 18 años de edad; su madre, Grace Kelly, quería hacerle un bonito regalo y lo mejor que podía darle era ropa, pues Carolina siempre tuvo un gusto especial por las prendas de alta costura.
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Para ello, la madre de la caprichosa adolescente buscó algo que la impresionara y encontró un vestido de la firma Chloé para la cual trabajaba uno de los diseñadores que recién entraban al mundo de la moda y prometía convertirse en toda una leyenda: Karl Lagerfeld.
Por supuesto, Carolina quedó fascinada con el trabajo y usó la prenda en una salida que tuvo con su novio de ese entonces Phillips Laville. Desde ese momento, el destino determinó que ambos tendrían una relación de amistad duradera; pero lo que realmente cautivó a Karl Lagerfeld fue que la princesa decidió usar su vestido con elegancia y atrevimiento, pues el escote lo dejó ligeramente más abierto para lucir espectacular.
Esas dos características son las que designaron a Carolina como una de las musas favoritas del director de Chanel, quien no solo hacía diseños para su amiga, sino que también viajaba con frecuencia a Mónaco para pasar horas y horas charlando con ella.
Durante más de 30 años, ambos asistieron a eventos juntos y fueron fotografiados en innumerables ocasiones. Aunque también compartieron momentos muy íntimos cómo cuando falleció el segundo esposo de Carolina en 1990, Stefano Casiraghi, en un accidente marítimo, un momento que quedó marcado por los diseños en color negro que hizo especialmente para ella.
Hubo muy pocas veces en las que la princesa no utilizó una de las creaciones de su amigo, pues parecían ser un sello de ambos al grado de que muchos de los outfits de la roya marcaron historia por los eventos en que fueron lucidos como en la Boda Real de Letizia y Felipe VI.
Una de las imágenes más icónicas de esta historia de amistad es la de 2013, cuando amos acudieron al Love Ball, en ésta, se ve a Karl Lagerfeld susurrarle algo al oído a Carolina, lo que le dijo aún es un secreto.