Al contrario de lo que se podría creer, no todo es miel sobre hojuelas en la vida de los miembros de la realeza. Entre protocolos de conducta, vestimenta e itinearios, son muchas las reglas a los que cada integrante de la corona está sujeto.
Ahora, con el fallecimiento de Isabel II de Reino Unido, es interesante retomar una de las reglas primordiales que deben acatar los miembros de la monarquía británica, especialmente el rey Carlos III y su hijo mayor, William, príncipe de Gales y duque de Cornualles y Cambridge.
La tradición real indica que padre e hijo tienen prohibido viajar en el mismo avión, porque en caso de algún accidente, la monarquía británica perdería a su rey y al heredero al trono.
Dicha regla también aplica al príncipe William y su primogénito, George de Cambridge, que con 9 años es el segundo en la línea de sucesión al trono.
Sin embargo, la fallecida soberana que trabajó a favor del Reino Unido durante 70 años realizó algunas excepciones en las que el príncipe William, su esposa Kate y sus hijos, George, Charlotte y Louis viajaron juntos.
Un portavoz de la realeza comentó que la regla no era completamente oficial y estaba sujetada a lo que la Reina indicara. Por lo que ahora, la decisión de si el príncipe de Gales viaja con su familia recaerá en el rey Carlos III.
Debido a que los hijos de los príncipes de Gales se encuentran en una edad muy temprana, si algo le ocurriera a Carlos III y al príncipe William antes de que George sea mayor de edad, Harry, duque de Sussex tendría que convertirse en rey.
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