De forma ligeramente sorpresiva debido al momento que enfrenta la familia real británica, el rey Carlos III ha decidido retirar el servicio de seguridad privada que desde 2022 protegía a su hermano, el príncipe Andrés. Este cambio, que se espera entre en vigor en noviembre, podría ser el primer paso hacia la expulsión del duque de York del Royal Lodge, la lujosa mansión en Windsor que ha sido su hogar durante más de dos décadas.
El príncipe Andrés, el segundo hijo de la fallecida reina Isabel II, ha visto su reputación y posición dentro de la familia real gravemente afectadas desde su implicación en el escándalo con el empresario Jeffrey Epstein. Despojado de sus títulos militares y patrocinios reales, ahora enfrenta la posibilidad de perder la protección de seguridad que el mismo monarca ha estado financiando, una señal clara de la presión para que abandone la propiedad.
Leer más: La radical decisión de Georgina Rodríguez, se corta el pelo y lo tira al mar
La decisión del monarca ha avivado las tensiones que existen entre los dos hermanos por la majestuosa propiedad del Royal Lodge, valorada en más de 35 millones de euros Hasta ahora, Andrés ha resistido todos los intentos de Carlos III para que desocupe la residencia gracias a un contrato de arrendamiento que firmó en 2003 y que le garantiza la permanencia en la mansión hasta 2079, siempre y cuando mantenga la propiedad en perfectas condiciones.
Sin embargo, el mantenimiento del Royal Lodge ha resultado ser una tarea costosa y cada vez más insostenible para Andrés de York. Se estima que las reparaciones necesarias en la mansión ascienden a ocho millones de euros, una suma que, sin el respaldo económico de la corona británica, el exesposo de Sarah Ferguson podría no ser capaz de afrontar.
A pesar de la creciente presión, el duque Andrés de York se ha mantenido firme en su negativa a abandonar el Royal Lodge, ejemplo de ello es que rechazó una oferta anterior para trasladarse a Frogmore Cottage, una residencia más modesta en Windsor que fue el hogar de los duques de Sussex, Harry y Meghan. Según fuentes cercanas, el hermano del rey Carlos III considera cualquier mudanza como una degradación.
El Royal Lodge, con sus 30 habitaciones y terrenos que abarcan 98 acres en Windsor, es más que una simple residencia para el príncipe Andrés; es un símbolo de su posición dentro de la familia real, sin embargo, puedo que eso pronto pueda terminar.
La medida del rey Carlos III también refleja su intención de distanciar a los miembros activos de la familia real británica de cualquier escándalo que pueda amenazar su estabilidad, especialmente ahora que dos de sus piezas claves enfrentan problemas de salud.
Leer también: Meghan Markle sorprende con discurso en español durante su viaje a Colombia
Recibe todos los viernes Hello Weekend, nuestro newsletter con lo último en gastronomía, viajes, tecnología, autos, moda y belleza. Suscríbete aquí: https://www.eluniversal.com.mx/newsletter