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El rey Carlos III y la reina consorte Camila han enfrentado varios sucesos violentos pero, pese a ello, la pareja real parece inmune a eso y ha optado por continuar con sus labores oficiales en el Reino Unido. Primero fue el pastelazo que recibieron sus estatuas de cera en el museo Madame Tussauds, ubicado en Londres, por parte de activistas climáticos, y luego vinieron los huevazos que recibieron este miércoles durante un acto en la ciudad de York, previo a la develación de una estatua en memoria de Isabel II.
El dulce Jason Tweedie-Long, de cinco años, con la ayuda de sus padres, envió una carta al Ayuntamiento de York para pedir la oportunidad de conocer a Carlos III y Camila, debido a que sabía que tenía pocas oportunidades de estar cerca de ellos. El niño sufre de una discapacidad visual grave. Los gobernantes reenviaron la petición a los voceros del palacio de Buckimgham, quienes hicieron todo lo posible por volver realidad el sueño del menor.
Vestido con un impermeable de colores, Jason se emocionó tanto que se puso en medio de los reyes y los tomó de la mano. Ellos se sintieron tan conmovidos que lo sostuvieron cariñosamente.
"Soy la abuela de Jason. El Rey y la Reina fueron completamente naturales con él, tomándolo de la mano como abuelos. ¡Verdaderamente #realesmodernos! ¡Jason cree @CiudadDeYork @Familiareal polvo de hadas usado! ¡Solo pidió poder verlos y esto sucedió! Gracias a todos los involucrados y las hadas", se lee en uno de los tuits.
(Carlos III y Camila / AFP)
Luego de la develación de la estatua de su mamá, el rey Carlos III se trasladó a Doncaster para conferir el estatus formal de ciudad, informó "Hello Magazine".
"La difunta Reina siempre estuvo atenta al bienestar de su pueblo durante su vida. Ahora su imagen velará por lo que será la Plaza de la reina Isabel en los siglos venideros", dijo el soberano.