Si comúnmente el matrimonio es un acto digno de festejo, el contraer nupcias siendo un miembro de la realeza significa que este evento automáticamente se convierte en uno de los sucesos más importantes, elegantes y en el que se puede demostrar el impacto que tienen las familias reales a nivel mundial.
A lo largo de la historia se han podido ver diferentes modelos de vestido, con cuello alto, cuello en V, con encaje o de seda, sin olvidar que la forma de estilizarlos también ha cambiado y cada una de las elegidas le ha puesto su toque, desde tiaras y arreglos de flores hasta decidir el largo de los velos y colas.
La boda entre Lady Di y Carlos, príncipe de Gales, se celebró en julio de 1981 y el vestido de novia de Diana se convirtió en uno de los más icónicos de la historia. Para su boda, que fue vista por más de 750 millones de personas en el mundo y que se realizó en la catedral de San Pablo de Londres; Lady Di utilizó un vestido inspirado en la época victoriana de color marfil, hecho de tafetán, un tipo de tela de seda y encaje para el contorno de las mangas y la cola.
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El vestido, que fue hecho por la pareja de diseñadores, David y Elizabeth Emanuel, contaba con casi 10 mil perlas bordadas pero se hizo famoso por sus casi 8 metros de cola y 2 metros de velo, además del importante volumen a la altura del escote.
Grace Kelly, actriz ganadora de un premio Oscar por la película "La angustia de vivir", se casó con el príncipe Raniero III de Mónaco en abril de 1956, dejando su carrera a un lado para dedicarse a sus obligaciones como nueva princesa.
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El evento se realizó en un salón del palacio de Mónaco y Grace Kelly utilizó un atuendo digno de una celebridad. Se trataba de un vestido blanco de cuello alto de encaje y tela tafetán, ajustado en la parte superior pero con una falda voluminosa.
Hecho por Helen Rose, diseñadora que ya había trabajado con Grace Kelly en algunas películas, el vestido tenía 1 metro de cola, un velo discreto que estaba sujeto a su cabeza con un pequeño arreglo de flores y perlas cosidas en las mangas.
A diferencia de la princesa Diana, Grace Kelly decidió no llevar un ramo de flores tan ostentoso y optó por un pequeño ramo de lirios, además de una Biblia, la cual, estaba adornada con seda y perlas.
Otro aspecto que caracteriza las bodas reales es que en muchas ocasiones las futuras princesas o duquesas, rinden homenaje o se inspiran de vestidos anteriores, tal es el caso de Kate Middleton, quien contrajo nupcias con el príncipe Willian en abril de 2011.
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La ahora duquesa de Cambridge utilizó un diseño de Sarah Burton para la casa de modas Alexander McQueen, el cual era un vestido de color marfil, de manga larga y cuello alto de encaje, similar al que portó Grace Kelly pero con una abertura en V en el escote.
El vestido era ceñido en la parte superior y a partir de la cintura, la falda portaba un distintivo volumen que acompañaba los casi 3 metros de cola de encaje. Finalmente, Kate Middleton aseguró su velo con una tiara Cartier, prestada por la reina Isabel II.
La princesa Beatriz de York, hija del príncipe Andrés, duque de York, y Sarah Ferguson, se casó con Edoardo Mapelli, en junio de 2020, en una ceremonia que debido a la pandemia, tuvo que ser pequeña y privada. Además por el escándalo de abuso sexual que protagonizó su papá contra una menor.
Sin embargo, gracias a que la cuenta oficial de la familia real del Reino Unido compartió fotos de dicho enlace, fue posible ver qué el vestido que Beatriz de York escogió fue en honor a su abuela, la reina Isabel II.
El vestido, originalmente diseñado por Norman Hartnell, fue modificado y actualizado por Angela Kelly, modista personal de la Reina, quien le agregó mangas y modificó la falda para darle un aspecto más sobrio.
Además, no solamente fue el vestido con quién rindió homenaje a su abuela, también fue su tiara.
La princesa Margarita, hija menor de los reyes Jorge VI e Isabel, hermana de Isabel II, se casó con el fotógrafo Antony Armstrong-Jones en mayo de 1960. Para el evento, que sería la primera boda real en transmitirse por televisión, la ´princesa Margarita, en comparación con otros, optó por un vestido blanco de seda con cuello V, muy sencillo, con un corte entallado y manga larga. Además, un velo corto y una tiara que ella misma se había comprado.
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El vestido fue creado por Norman Hartnell, diseñador oficial de la familia real en ese entonces, y fue visto por aproximadamente 20 millones de personas a través de la televisión.
El vestido que utilizó Meghan Markle para su boda con el príncipe Harry en mayo de 2018, también es ejemplo de elegancia y buen gusto.
La actual duquesa de Sussex lució un vestido blanco con corte recto a la altura de los hombros, con manga tres cuartos y sin mayor diseño. Pero con un velo de casi 5 metros de largo, el cual tenía bordadas 53 flores en representación de cada estado de la mancomunidad británica y una amapola en honor a California, lugar donde nació.
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Para sostener su hermoso velo, la actriz utilizó la tiara Bandeau de diamantes de la reina Mary. La creación corrió a cuenta de Clare Waight Keller, directora de Givenchy y Meghan pagó por él.
Siguiendo con las royals que han optado por vestidos más sencillos pero elegantes, se encuentra la princesa Eugenia, hija del príncipe Andrés de York y Sarah Ferguson, hermana de Beatriz de York, quien se casó con Jack Brooksbank en octubre de 2018.
El vestido de Eugenia, diseñado por Peter Pilotto y Christopher De Vos, destacó por su escote en V tanto de frente como en la espalda. La princesa decidió no llevar velo pero sí portó una hermosa tiara de esmeraldas.
El distintivo principal de su atuendo fue la elección de mostrar la cicatriz que tiene en la espalda provocada por una cirugía de escoliosis que tuvo a los 12 años. "Creo que puedes cambiar el concepto de lo que es la belleza y puedes mostrarle a la gente tus cicatrices,es realmente especial luchar por eso", comentó la Princesa al canal británico ITV.