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La princesa de Gales, también conocida como Lady Di, es sin duda, una de las mujeres más inspiradoras de la historia, pues su vida estuvo llena de tropiezos, tristezas y superación, empezando desde el abandono de su madre, hasta su matrimonio con el rey Carlos lll.
A 26 años de la muerte de Diana de Gales, su historia sigue causando intriga y especulaciones, pues desde el día de su boda, la prensa se encargó de documentar cada parte de su vida, convirtiéndola en símbolo mediático, en un ícono de la moda y del activismo social.
Lady Di, nació el 1 de julio de 1961, en Sandringham, Reino Unido y su primera pérdida ocurrió desde que era una niña, cuando su madre Frances Roche, la abandonó con tan solo 6 años de edad. Frances y John Spencer, VII conde de Spencer, se divorciaron en 1967, lo que resultó en que la custodia de Diana y sus 4 hermanos quedara en manos de su padre.
La dolorosa separación de sus hermanos
Frances intentó ganar la custodia de sus hijos, sin embargo su propia madre, Lady Fermoy, testificaría en contra de ella para que John Spencer se quedara con ellos. Y desde ese momento ella no pudo verlos de nuevo.
Pero la vida de la princesa Diana no siempre fue un algo que llamara la atención, ya que ella no nació siendo de la realeza, fue hasta 1975 cuando su padre heredó el título de Conde, siendo desde ese momento, considerada Lady Diana, lo que desencadenó en una serie de situaciones que la llevaría a ser la perfecta candidata a esposa del heredero de la corona del Reino Unido, el entonces príncipe Carlos.
Nunca le gustó Buckingham
Al guardar una relación con la corona británica, desde que Lady Di era niña, en algunas ocasiones tenían que visitar el Palacio de Buckingham, cuestión que no le gustaba, puesto que confesó que el lugar le generaba una sensación extraña y lloraba cada que ponía un pie en el lugar, pero al ser su padre el conde de Spencer, era una obligación que debía cumplir.
Espíritu trabajador
Diana de Gales, estudió desde casa hasta los 9 años pues se acostumbraba a que los niños de la realeza se formaran en casa hasta esa edad, después estudió en Riddlesworth Hall School y en el internado, West Heath School.
Luego se mudo a Suiza para finalizar sus estudios en el instituto Alpin Vidamanette, y volvió a Londres, donde obtuvo su primer trabajo como ayudante en un guardería, lo que la posicionó como la primera novia real en haber tenido un trabajo fuera de las tareas relacionadas con la familia real.
La unión con Carlos, ¿forzada?
Su destino hasta ese momento no sería el que conocemos y probablemente jamás hubiese ocurrido, pues sorprendentemente su hermana Sarah Spencer fue en un principio un interés amoroso del en ese momento, príncipe Carlos. No se convirtió en algo serio, y precisamente ella fue la encargada de presentar a Diana con él, sin saber que ellos dos se casarían en un futuro.
Desde ese instante, se dice que Carlos la vió y quedó encantado con ella, y la empezó a considerar como una perfecta candidata para convertirse en su esposa y futura reina. Ahora sabemos que él nunca olvidó a su primer amor, Camilla Parker, y eso traería estragos amargos en la vida de la princesa de Gales.
El baile, su sueño frustrado
Pero antes de que esto ocurriera, uno de los grandes sueños de ‘La Princesa del pueblo’, se le escapó de las manos, pues ella quería convertirse en una bailarina de ballet profesional, pero esto quedó en el olvido dado que su estatura y un accidente de esquí en la adolescencia, le impedían destacar entre las mejores.
Cuando la madre de William y Harry comenzó a salir con el ahora rey Carlos III, de en ese entonces 32 años, ella tenía tan solo 19 años, un dato que sorprendió a muchos. En poco tiempo y según la productora Susan Zirinsky, del documental Princess Diana: Her Life, Her Death, The Truth, solo bastaron 12 citas entre Diana y Carlos, para que se comprometieran en 1981 y contrajeran matrimonio cuando ella había cumplido 20 años.
El momento en que la conocida 'reina de corazones' y el príncipe heredero se casaron, fue uno de los más icónicos, dejando detrás una serie de acontecimientos interesantes, como lo fue el vestido de Diana, que tuvo la cola más larga de la historia real, con 7 metros y medio de longitud.
Otra elección singular en su boda, fue el uso de un calzado diferente, los flats o stilettos, confeccionados y hechos a su medida, pintados a mano y cosidos con perlas, satín y encaje, dignos de una princesa.
Inicio de su matrimonio, ¿cuento de hadas?
El principio de su matrimonio no parecía del todo malo, y lo hacía evidente el apoyo que la princesa de Gales le demostraba a Carlos. Durante varios partidos de polo en los que el príncipe Carlos participaba, Diana usó dos relojes en la muñeca, no por imponer un nuevo estilo de moda, sino que era resultado de un gesto romántico y que según la revista Marie Claire, la princesa comentó que uno era de ella y otro de su esposo, y lo llevaba para desearle suerte en cada uno de sus partidos.
En el momento en que todo se comenzó a romper entre Lady Di y el ahora Rey del Reino Unido, fue en palabras de Diana como “uno de los más difíciles de mi vida”, y quizá como una forma de demostrar control de su situación, la princesa comenzó un proceso de cambio en su forma de vestir, de usar la considerada ropa clásica elegante, paso a una elección más atrevida en colores y tamaños más cortos y llamativos. Pero su calzado es el que llamó más la atención, pues a medida que su matrimonio terminaba, sus zapatos tenían cada vez más altura.
Fin de su matrimonio…y de su privacidad
Al finalizar oficialmente su relación con Carlos, hubo una invasión completa a su privacidad, los medios estaban desesperados al punto de interceptar sus llamadas, la seguían insistentemente a cualquier lugar en el que la princesa de Gales estuviera, lo que tuvo como consecuencia un trágico accidente que terminó con su vida.
La vida de Diana Spencer marcó la historia de cientos de personas, gracias a sus acciones dentro del activismo, como lo fue su contribución a la la prohibición de las minas antipersona, al unirse a la campaña iniciada por la Cruz Roja. Fue también reconocida por contribuir a crear conciencia de los pacientes con sida, para cambiar la creencia social que se tenía sobre ellos.
La mujer más famosa, icónica y querida de su época es indudablemente Lady Di, marcando un antes y un después dentro de la vida real y de la del pueblo, pues dejó una huella social y dentro de los corazones de quienes la admiran.
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