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El emperador Akihito está a unos días de su abdicación y dejar el trono a su hijo Naruhito y la princesa Masako, sin embargo, antes de que eso ocurra, el monarca asistió al último ritual sagrado más importante del sintoísmo en el Santuario de Ise, en Tokyo, lugar en el que ha recogido los tres tesoros imperiales que se entregarán al heredero al trono en la ceremonia Taiirei Seiden no Gi, el próximo 30 de abril.
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El monarca de 85 años de edad, quien estuvo acompañado por la emperatriz Michiko, presenció el ritual Shin'etsu no Gi, una ceremonia japonesa que se hace para confirmar que una persona renunciará al trono; acontecimiento del que deben ser testigos los dioses religiosos para poder comenzar con el proceso de sucesión, de acuerdo con People.
Los tres tesoros imperiales son una espada, una joya llamada magatama -conocidos por ser talismanes- y un espejo, este último debe permanecer en el interior del templo, según información de la agencia AFP.
Cada uno de los objetos representan los valores necesarios para cualquier gobernante, según la cultura japonesa, los cuales son: valor, sabiduría y benevolencia.
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Este hecho representa un suceso histórico, pues este ritual solo sucede cuando el emperador renuncia por su propia voluntad, en el caso de Akihito, quien en diciembre de 2017 anunció que dejaría el trono por problemas de salud, algo que no había ocurrido en 200 años de historia en Japón, reporta This Insider.
Akihito inició su reinado en enero de 1989, año en que arrancó la era Hesei. Durante todos estos años se ganó el cariño del pueblo nipón, como consecuencia, cientos de personas se dieron cita en los alrededores del santuario dedicado a la diosa del Sol, Amaterasu Omikami, para despedir al emperador.
El próximo 1 de mayo, Naruhito y Massako serán oficialmente los emperadores de Japón con lo que iniciará una nueva era imperial, Reiwa -traducido como orden, armonía u orden-, como parte de este celebración, el gobierno japonés le da a sus ciudadanos 10 días de descanso, del 27 de abril al 6 de mayo.