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Silvia Pinal, la última diva del cine de oro mexicano, falleció este 28 de noviembre a los 94 años, tras permanecer hospitalizada durante una semana en el sur de la Ciudad de México. La actriz enfrentaba una fuerte infección urinaria que derivó en otras complicaciones, incluyendo un problema pulmonar y presión arterial baja.
Nacida el 12 de septiembre en Guaymas, Sonora, Silvia Pinal se consolidó como una de las figuras más emblemáticas del espectáculo mexicano. Su vida y carrera son un símbolo de resiliencia ante las adversidades que, en más de una ocasión, le presentó la vida.
Sin duda, la actriz se consolidó como un icono del séptimo arte en México debido a los papeles que interpretó. El cuadro de Diego Rivera, un valioso obsequio del célebre pintor a la talentosa actriz, es un testimonio del profundo respeto y aprecio que ambos compartían.
Realizado en 1956, el retrato muestra a Silvia Pinal luciendo un lujoso vestido negro con encajes y detalles, capturando su belleza y elegancia con la maestría que caracteriza a Rivera.
Esta obra original adorna la sala principal de su casa en Jardines del Pedregal, siendo un símbolo perdurable de su impacto en el arte y la cultura mexicana. De acuerdo con declaraciones de la propia actriz, aunque la obra es propiedad de sus hijos, se encuentra en un fideicomiso que indica que no se puede vender ni salir de México.
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La historia detrás del retrato de Silvia Pinal pintado por Diego Rivera
La idea de pintar a Silvia Pinal surgió cuando la actriz buscaba una imagen imponente para su mansión, y su arquitecto, Manuel Rosen, sugirió a Diego Rivera como la elección perfecta.
Inicialmente, el muralista propuso un desnudo, pero Pinal prefirió un retrato más recatado para exhibir en su hogar sin causar incomodidad a los visitantes. Rivera, quien no cobró por pintarlo, consideró la pintura un regalo para la diva del cine de oro mexicano, aunque se rumora que lo hizo porque estaba enamorado de ella en secreto.
La actriz siempre recordó con cariño la experiencia de posar para el pintor, a pesar de las largas jornadas y el cansancio que implicaba. Este retrato, invaluable en términos de patrimonio cultural, se estima en 58 millones de pesos mexicanos, equivalentes a aproximadamente 3 millones de dólares.
Tras darse a conocer el fallecimiento de la actriz, el Museo del Palacio de Bellas Artes, recordó esta enorme herencia cultural, que queda como testigo de gran parte de la cultura en México. “En 1956, Silvia Pinal la actriz del cine de oro con larga trayectoria en el cine, teatro y televisión fue retratada por Diego Rivera”, se lee en la página del Museo.
Silvia Pinal puede mirar hacia atrás en una vida rica en logros y contribuciones al mundo del arte y el entretenimiento. El retrato de Diego Rivera es un recordatorio tangible de su impacto duradero en la cultura mexicana, un tesoro que se resguarda en su hogar como un regalo invaluable de un maestro del arte.
Descanse en paz.
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