En la efervescente década de 1950 dos figuras destacadas del ámbito artístico y empresarial mexicano protagonizaron un romance que prometía ser más que un cuento de hadas; Silvia Pinal, en ese entonces una reconocida actriz en ascenso tras varios éxitos cinematográficos, y Emilio Azcárraga Milmo, conocido como "El Tigre", quien se perfilaba como un titán en la industria de la televisión en México gracias a su papel en Televisa.
La diva del cine y el poderoso empresario se conocieron cuando ambos estaban en la cúspide de sus carreras y la prensa no perdía detalle de sus vidas por lo que desde el inicio, su relación fue todo un torbellino de emociones.
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Silvia Pinal encontró en Emilio Azcárraga Milmo un apoyo incondicional y un compañero en quien confiar. Tal como se reveló en su autobiografía Esta soy yo, pulicada en noviembre de 2015, la actriz describió al empresario como un hombre "guapo, fuerte y varonil", además de confirmar que la quería mucho.
Silvia Pinal comenzó su carrera en el cine después de ganar el título de Princesa Estudiantil de México en un certamen de belleza. Algunas de sus películas más famosas son El ángel exterminador y Viridiana de Luis Buñuel. Su abuela Jovita fue la inspiración de Pinal para convertirse en artista.
Por otro lado, Emilio Azcárraga Milmo desempeñó un papel fundamental en la historia de los medios de comunicación en México. Durante casi veinticinco años, desde 1972 hasta su fallecimiento en abril de 1997, fue líder del influyente Grupo Televisa.
El romance entre ellos fue tan intenso que se decían cariñosamente "Pato", un detalle íntimo revelado en la bioserie Silvia Pinal, Frente a Ti. La música también era parte fundamental de su relación, añadiendo una capa de romanticismo a su historia.
Sin embargo, a pesar de los planes y las expectativas de un futuro juntos, el romance se vio truncado por presiones externas, principalmente provenientes de Emilio Azcárraga Vidaurreta, papá de 'El Tigre'. Este, siendo un hombre de negocios de gran influencia y con el futuro de su empresa claro, desaprobaba la relación de su hijo con la actriz.
Las razones principales de esta desaprobación residían en el estatus de divorciada de Silvia y en que ya tenía una hija, Sylvia Pasquel, lo cual, según el patriarca, podría afectar la imagen y el estatus social de la familia Azcárraga y Grupo Televisa.
La presión culminó cuando Azcárraga Milmo se casó con Pamela Surmont, perteneciente a una familia francesa de alto prestigio. Este matrimonio se celebró en una lujosa ceremonia en Notre-Dame de París en 1959. Esta decisión dejó a Pinal con el corazón roto, marcando así el fin oficial del romance.
Silvia Pinal recordaría el romance como uno de los momentos más significativos de su vida, marcado por el amor y la admiración hacia Azcárraga, a pesar de que las circunstancias externas impidieron que su historia de amor se consolidara en matrimonio.
Aunque siguieron caminos separados, nunca perdieron el contacto. Azcárraga continuó apoyando a la actriz en los momentos difíciles y fueron amigos cercanos hasta su fallecimiento en 1997. "Siempre se ocupó de mí. Nunca me dejó hacer algo que no me conviniera. Siempre fue un buen compañero conmigo", compartió Silvia Pinal en varias entrevistas, recordando la conexión especial que mantuvieron a lo largo de sus vidas.
La historia de amor entre Silvia Pinal y Emilio Azcárraga Milmo demuestra que el amor puede tomar caminos diversos, pero esto no define ni termina el profundo cariño que perduró hasta el final entre la actriz y el empresario. "Él fue el amor de mi vida", expresó Silvia Pinal.
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