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Para "fomentar una industria de la moda más humana", las pieles de animales desaparecerán de las páginas y medios digitales de todas las ediciones de la revista ELLE a nivel mundial, se anunció este sumándose a una tendencia creciente en el sector del lujo.
Este medio es la primera publicación mayor que anuncia esta medida a nivel mundial. Y a diferencia de otras, no solo prohíbe las pieles naturales en su contenido editorial sino también en su publicidad.
"No podemos mantener un discurso por un lado y ganar dinero por el otro, en direcciones completamente opuestas", explicó la directora internacional Valeria Bessolo Llopiz, tras hacer el anuncio durante la conferencia VOICES 2021, organizada por la revista digital The Business of Fashion.
De México a Australia, pasando por Japón o Estados Unidos, las 45 ediciones de esta publicación con tres cuartos de siglo de historia, que reivindica 33 millones de lectores y cien millones de visitantes al mes en sus 55 plataformas digitales, firmaron un acta comprometiéndose a excluir las pieles de animales. En 13 de ellas ya es efectiva, 20 la aplicarán a partir del próximo 1 de enero y el resto a principios de 2023.
Y aunque a algunas versiones de la revista, cuya marca pertenece al grupo francés Lagardère pero se publica bajo licencia en decenas de países, les costó más que a otras aceptar la prohibición en la publicidad, esta en realidad no representa un gran volumen de ingresos, asegura Bessolo Llopiz.
"Cada vez hay menos oferta de artículos", afirma, recordando que "muchas marcas han abandonado las pieles hace años". "Han quedado anticuadas", asegura. "Estamos en una nueva era y la generación Z, que constituye el objetivo dorado de la moda y el lujo, tiene grandes expectativas en términos de sostenibilidad y ética", subraya.
Celebrando la decisión, PJ Smith, responsable para moda de la oenegé Human Society International, consideró que "este anuncio provocará un cambio positivo en toda la industria de la moda y tiene el potencial de salvar a innumerables animales de una vida de sufrimiento y una muerte cruel".
Por su parte, la directora de PETA UK, Elisa Allen, dijo a la AFP confiar en que otras publicaciones como Vogue, InStyle o Cosmopolitan "pronto extenderán esta política para cubrir también su publicidad".
En los últimos años, bajo la presión de los animalistas, el mundo de la moda ha comenzado a alejarse de las pieles naturales. Las han prohibido pasarelas menores como Amsterdam, Oslo, Melbourne o Helsinki, que también descartó el cuero pero no las grandes, como París, Milán y Nueva York, que dejan la decisión a cada marca.
Estas son, sin embargo, cada vez más numerosas: han adherido a la campaña, entre otras, las italianas Gucci, Versace y Prada, las británicas Burberry, Vivienne Westwood y Alexander McQueen, las estadounidenses Donna Karan, DKNY y Michael Kors y las francesas Chanel, Jean-Paul Gaultier y Balenciaga, como todas las marcas del grupo Kering desde que Saint Laurent se sumó en septiembre.
El compromiso va de la mano de la opinión pública: en 2020 un sondeo de YouGov mostró que 93% de británicos rehúsa llevar pieles naturales y otro de Research Co que 71% de estadounidenses se oponen a matar animales por ellas.
En Europa, 90% de franceses es contrario al comercio de pieles según un sondeo este año de IFOP, 86,3% de italianos se declaraba contra su producción en una encuesta de Eurispes en 2019 y 84% de alemanes consideraba injustificable la cría y sacrificio de animales por sus pieles según Kantar en 2020.
En junio, Israel se convirtió en el primer país del mundo en prohibir su venta a la industria de la moda. Por su parte, la industria peletera denuncia que se remplace este producto natural por pieles sintéticas hechas de materiales plásticos dañinos para el medioambiente.
Así, en noviembre la asociación francesa de peleteros escribió una carta abierta a la revista Vogue denunciando como "absurdo" que "presenten prendas hechas en materias plásticas como 'eco-friendly' porque están realizadas a partir de 'materias cuidadosamente seleccionadas de pieles acrílicas'".
Este grupo denuncia además que las decisiones de creadores y consumidores responden a un "clima de terror" provocado por "la violencia y el acoso" de los activistas en las calles y las pasarelas.
Si muchas pieles artificiales están hechas de poliéster, que tarda cientos de años en degradarse, creadores como la británica Stella McCartney preconizan ahora materiales fabricados a partir de plantas, mientras otros recurren a juegos ópticos con encajes, plumas cosidas en tubo y combinaciones de lanas para imitar el pelo animal utilizando fibras naturales.