El 28 de octubre del año pasado trascendió una inesperada y trágica noticia: Matthew Perry, el gran actor de Friends, había muerto a los 54 años. El mundo del espectáculo lo lamentó, y hasta ahora, es una de las muertes más dolorosas de Hollywood.
A casi un año de su deceso, Matthew podría comenzar a recibir justicia, después de que el Dr. Mark Chávez, uno de los médicos acusados de su fallecimiento, se declaró culpable de distribuir ilegalmente la droga ketamina.
Matthew Langford Perry, conocido por su icónico papel como Chandler Bing, falleció debido a "efectos agudos" de la ketamina y otros factores, lo que provocó que perdiera el conocimiento y se ahogara en su jacuzzi, según un informe forense.
La declaración del doctor Mark Chávez se realizó durante una comparecencia ante el Tribunal de Distrito de los Estados Unidos en Los Ángeles. El doctor Chávez enfrenta una pena de hasta 10 años de prisión, con la sentencia programada para abril.
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La declaración de culpabilidad surge apenas casi dos meses después de que la policía de Estados Unidos detuviera a un médico y varios traficantes de drogas en relación con la muerte del actor.
Los primeros informes oficiales tras la muerte de Matthew Perry indicaban que el actor fue encontrado muerto en el jacuzzi de su casa ubicada en Los Ángeles, California, sin embargo, conforme avanzaron las investigaciones policiales, se descubrió que la droga que causó la muerte de Perry fue la ketamina, misma que consumía para tratar su diagnóstico de depresión y ansiedad.
A lo largo de su vida, el actor había luchado públicamente con el abuso de sustancias durante las grabaciones de las últimas temporadas de la serie Friends, aunque sus problemas con drogas iniciaron en 1977, cuando sus médicos le recetaron consumir Vicodin, medicamento que le auxiliaría con el dolor provocado por un accidente que sufrió.
Desde entonces, el actor comenzó a abusar de diferentes sustancias, incluido el alcohol. Derivado de su consumo, Matthew tuvo diferentes problemas de salud, como pancreatitis e incluso hasta una perforación gastrointestinal, de la cual logró sobrevivir.
Tras sus problemas, algunos de sus compañeros de elenco de la popular serie de los ochentas, lo auxiliaron para que pudiera rehabilitarse, entre ellos, Jennifer Aniston.
Sin embargo, tras años de luchar contra las adicciones, fue en octubre del año pasado cuando fue encontrado muerto, y hasta diciembre de ese mismo año cuando se reveló que su fallecimiento había sido consecuencia de los “efectos agudos” de la ketamina y otros factores que le hicieron perder el conocimiento y ahogarse en su jacuzzi.
Según la acusación en la que recientemente participaron los implicados en el caso, el médico Mark Chávez dirigía una clínica de ketamina y vendió la droga al Dr. Salvador Plasencia, otro de los acusados en el caso, quien se ha declarado inocente.
Plasencia, conocido como "Dr. P", también se enfrenta a cargos de conspiración para distribuir ketamina. En mensajes de texto entre ambos médicos, discutían el precio que cobrarían a Perry, reflejo de una preocupante falta de ética profesional.
Además de Chávez y Plasencia, otros implicados en el caso incluyen a Kenneth Iwamasa, asistente personal de Perry, quien admitió haberle inyectado ketamina, y a Jasveen Sangha, apodada la "reina de la ketamina", que se declaró inocente. Iwamasa y otro coacusado, Erik Fleming, ya se han declarado culpables.
El fallecimiento de Matthew Perry es un trágico recordatorio de las consecuencias del abuso de sustancias y de la responsabilidad de los profesionales médicos en el tratamiento de sus pacientes. Hasta ahora la comunidad sigue de luto por la pérdida de una estrella que dejó una huella imborrable en la televisión y en la vida de muchos.
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