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Juan Soler y Maki Moguilevsky Hojean se conocieron en los pasillos de Televisa San Ángel en el año 2002, cuando sus carreras estaban en su mejor momento en las telenovelas mexicanas. Sin embargo, aunque parecía que su matrimonio era para toda la eternidad, tras 15 años juntos la pareja anunció que su relación había llegado a su fin.
Pero aunque Juan y Maki han guardado con recelo los motivos que los llevó a pensar en el divorcio, la actriz de origen argentino sorprendió al confesar que ella atravesó por una fuerte crisis de identidad cuando llegó a los 40 años. Esto ocurrió durante su visita al programa "Netas Divinas", en el que participan Daniela Magún, Natalia Téllez y Consuelo Duval.
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“Me casé a los 28, tuve a mis hijas a los 30 y a los 40 tuve una hipercrisis de identidad, de sentir que me hacía falta vivir. Me divorcié porque estuve con esa crisis como a los 42 y eso me llevó a divorciarme", contó Maki.
(El Universal)
Maki, quien ya se quitó el apellido Soler, comentó que pese a haber vivido sola antes de casarse y haber tenido varias parejas, no logró sortear la crisis de la mediana edad, como también es conocido ese período de cambios.
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"Fui actriz, viví sola seis años, salí, tuve otros novios, y a los 25 lloraba porque decía que ya no me case, soy una solterona. Conocí a Juan, vivimos una vida muy padre juntos y así todo, que eran los rangos normales, que me dediqué a mis hijas, a ser ama de casa, me volví megafresa de café con las amigas, madre abnegada y la esposa devota. Me volví una ama de casa espectacular", reveló la argentina.
Maki tambén comentó que se arrepiente de haberse casado de amarillo, pues aunque fue la sensación y hasta la fecha es recordado como uno de los vestidos más cool de las famosas en México, ella no lo siente así, pues fue a petición de Juan que no se casara de blanco.
"Juan me dijo 'ya me casé 25 veces en 25 novelas, no te vas a casar de blanco' porque compré un vestido de novia, me acompañó la hermana de Juan, pero estaba muy x. Entonces las de vestuario de Televisa me dijeron que me querían hacer mi vestido de novia, les dije que fuera amarillo, como un camisón", recordó la actriz y mamá de dos. "Ni vi la tela, ni vi el diseño hasta el día que me lo entregaron. No tenía ni siquiera el ramo hecho, en Acapulco me crucé al mercado a comprar las flores el día de la boda. Me arrepiento del vestido porque aquí en México las quinceañeras se visten con colores", agregó.